Las líneas borrosas de la Primera Enmienda se han transformado paulatinamente en grietas ventajosas para la Administración Trump.

El derecho a la libre expresión y a la manifestación de descontento han dejado de ser garantías absolutas para pasar a ser un asunto negociable, en especial después de que la Liga Nacional de Fútbol prohibiera a sus jugadores arrodillarse durante el Himno Nacional “sin correr el riesgo de ser ellos o sus equipos castigados y enfrentar posibles amonestaciones financieras”, reportó el New York Times.

En un comunicado emitido por la Asociación de Jugadores de la NFL, los firmantes aseguraron que la liga “no consultó con el sindicato de jugadores al crear el nuevo protocolo”, acusando asimismo a los funcionarios de “hipócritas”.

“Nuestro sindicato revisará la nueva ‘política’ y desafiará cualquier aspecto de ella que sea inconsistente con el convenio colectivo vigente”, aseguraron.

Por su parte, el director ejecutivo para asuntos externos del sindicato, George Atallah, dijo que las nuevas reglas “no son un compromiso”, según continúa el Times.

El jugador afroamericano Malcolm Jenkins, defensa de las Águilas de Filadelfia y líder de la Coalición de Jugadores, denunció que la medida de la liga supone un intento por “silenciar a los jugadores”.

“Lo que los dueños de la NFL hicieron hoy fue frustrar los derechos constitucionales de los jugadores de expresarse y usar nuestra plataforma para llamar la atención sobre injusticias sociales como la desigualdad racial en nuestro país”, dijo Jenkins en un comunicado. “Todo el mundo pierde cuando las voces se ahogan”.

Por su parte el director legal de la American Civil Liberties Union (ACLU), Jeff Robinson, emitió un comunicado asegurando que “la protesta debe ser incómoda”.

“No debe suceder en las sombras. Se supone que debe perturbar. Patriotismo es exigir a Estados Unidos que defienda los ideales en los que se fundó: igualdad y justicia para todos”, explicó. “El patriotismo promete fidelidad a los valores democráticos, no a símbolos o canciones. El patriotismo es disidencia”.

Desde el 2016, jugadores profesionales han protestado en silencio contra la brutalidad policial y la desigualdad racial en el país durante el Himno Nacional, a partir del momento en el que el mariscal de campo de los San Francisco 49ers, Colin Kaepernick, se sentó y luego arrodilló en el protocolo, dando inicio a un nuevo símbolo de protesta.

Fue la ira del Presidente Trump lo que mediatizó el gesto, llevándolo a un plano político, en especial por su hábito de tomarse las cosas como un agravio personal.

Durante un mitin político en septiembre del 2017 en Alabama, Trump dijo a los dueños de la NFL que “deberían despedir” a los jugadores que se arrodillaran.

Después de la decisión de la Liga de adoptar medidas coercitivas, el presidente dijo estar complacido, aunque aseguró que si un jugador no participaba del himno nacional, “quizás no debería estar en el país”.

Durante la temporada pasada, los ratings de la NFL cayeron un 10%, algo que algunos dueños de equipos han atribuido a los gestos de protesta de los jugadores durante el Himno Nacional, según explicó CNN.

Esto ha sido utilizado como argumento por quienes votaron a favor de la nueva medida de la Liga.

Por ejemplo, el dueño de los Giants, John Mara, dijo que “no existen dudas que (la protesta) tuvo un impacto en el negocio”, y el dueño de los Houston Texas, Bob McNair estuvo de acuerdo al agregar que “es importante prestar atención a las preocupaciones de los fans, porque sin ellos estás muerto”.

Sin embargo, el intervencionismo presidencial no ha caído bien a todos.

“El problema que tenemos es que tenemos un presidente que utilizará eso como forraje para cumplir su misión, y no creo que sea lo mejor para Estados Unidos”, dijo Robert K. Kraft, propietario de los Patriots y partidario de Trump con larga trayectoria. “Es divisivo y es horrible”, agregó, según el reportaje del Times.

Para los directivos de la Liga, la solución fue simple: si no quieres estar de pie ante el Himno Nacional, quédate en los vestidores.

Si bien previamente se les exigía a los jugadores estar en el campo a la hora de seguir protocolo, la nueva medida de la NFL permitirá a los jugadores quedarse en los vestidores y no “mostrar respeto a la bandera y al himno”, si así lo deciden, para evitar que se sigan repitiendo gestos simbólicos frente a las cámaras de televisión.

El director ejecutivo de la Asociación de Jugadores de la NFL, DeMaurice Smith, recurrió a twitter para rechazar rotundamente la medida, asegurando que “la historia nos ha enseñado que tanto el patriotismo como la protesta son como el agua: si la fuerza es lo suficientemente potente, no puede ser contenida. Hoy, el Director Ejecutivo de la NFL creó una regla que cualquier persona que odie las autocracias debe rechazar”, escribió.

“La gerencia ha elegido anular la misma libertad de expresión que protege a alguien que quiere saludar a la bandera en un esfuerzo por coartar a alguien que no desea hacerlo”, dijo Smith según la transcripción de ESPN. “La triste ironía de esta regla es que cualquiera que quiera expresar su patriotismo está sujeto al capricho de una persona que se hace llamar ‘dueño’. Sé que no todos los Directores Ejecutivos de la NFL están a favor de esto, y también sé que los verdaderos patriotas estadounidenses no están aplaudiendo hoy”.