La caravana salió el domingo de Tapachula, en la frontera de México con Guatemala, y llegó cerca de las 12:00 p.m (hora local) a Huixtla, se toparon con un muro militar en el acceso principal del CAIFT.

El Miembro de la Guardia Nacional, Víctor Manuel Hernández informó a los migrantes que las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) no iban a atender en ese momento sus demandas.

Debido a esto, los migrantes insistieron en recibir atención, procedieron a establecerse fuera del punto migratorio en pequeños grupos en espera de una respuesta favorable. 

Keider Escalona, migrante de Venezuela, criticó a las autoridades del país porque están poniendo muchos obstáculos para poder salir.

“Ha sido muy difícil por no tener dinero y por no tener una familia que me mande para poder pasar, se me ha hecho difícil, la única manera en la que hemos podido nosotros transitar libremente es a través de esta concentración con mucho esfuerzo”, comentó a Efe.

Los migrantes que forman parte de la caravana expresaron su agotamiento físico, algunos con desesperanza de seguir porque las autoridades de México no los escuchan.

“Vamos bastante agotados, lesionados, los niños enfermos con fiebre, nos han caído lluvias en medio de la caminata, hemos tenido apoyo solo de los periodistas. Exigimos que nos faciliten el acceso a los permisos para Monterrey (ciudad del norte de México)”, expuso  Eduardo Balero, otro emigrante venezolano.

Algunos grupos tomaron autobuses para seguir avanzando hacia el estado de Oaxaca, dejando atrás a los más vulnerables como las mujeres y los niños.

El Gobierno mexicano ha recibido múltiples críticas por el trato hacia los migrantes, incluyendo el despliegue de casi 30.000 miembros de las Fuerzas Armadas en sus fronteras norte y sur para tareas migratorias.