Woman eating a crust at the foot of an Usaid flag.
Usaid ofrece programas para muchos frentes de la cooperación internacional. Su presupuesto es de US$40.000 millones al año.

¿Bye, bye USAID?

El principal brazo de cooperación internacional de USA se encuentra bajo asedio. Musk dice que Trump cerrará la agencia en medio de su drástico plan de recorte.

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La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) ha sido, por décadas, el principal canal de cooperación internacional del gobierno estadounidense. Su labor ha abarcado desde asistencia humanitaria en zonas de conflicto hasta programas de desarrollo económico y fortalecimiento institucional en países en vías de desarrollo.

Sin embargo, en los últimos meses, Usaid se ha convertido en el centro de una tormenta política y mediática tras las acusaciones de figuras como Donald Trump, Elon Musk y diversos creadores de contenido en plataformas digitales. La controversia ha escalado hasta el punto de que su continuidad está en entredicho.

Desde su primera administración, Donald Trump ha expresado escepticismo sobre el papel de Usaid en la política exterior de Estados Unidos. Intentó reducir significativamente su presupuesto, argumentando que gran parte de los fondos no beneficiaban los intereses nacionales. Con su posible regreso al poder, ha intensificado sus críticas, señalando supuestos desvíos de recursos y falta de transparencia.

Elon Musk ha amplificado estas críticas a través de sus redes sociales. En X (antes Twitter), ha calificado a Usaid de "nido de víboras de marxistas de izquierda radical que odian a Estados Unidos", insinuando que la agencia financia actividades políticas encubiertas más que proyectos humanitarios. Musk también ha difundido acusaciones sin pruebas, como que Usaid financió investigaciones sobre armas biológicas, incluyendo el COVID-19.

A esto se suman diversas teorías difundidas por youtubers y creadores de contenido, quienes sostienen que la agencia ha estado involucrada en la desestabilización de gobiernos adversos a la política exterior estadounidense y en el financiamiento de grupos con intereses alineados a Washington.

¡El golpe final!

La situación alcanzó su punto más crítico este lunes cuando Musk anunció que Usaid "cerrará" bajo la administración de Trump. Esta medida, considerada ilegal por sus detractores, generó caos inmediato dentro de la agencia. Horas después, el jefe de la diplomacia, Marco Rubio, precisó que Usaid no desaparecería, sino que pasaría a estar bajo su control.

Mientras se aclaraba la confusión, los empleados recibieron instrucciones por correo electrónico de no acudir al trabajo. Alrededor de 1.000 trabajadores encontraron bloqueado el sistema informático de la agencia, su cuenta de X fue suspendida y su sitio web inhabilitado. Varias figuras clave fueron puestas en licencia administrativa.

Frente a la sede de Usaid en Washington, cerca de 50 manifestantes se reunieron con pancartas que decían "Salvemos Usaid, salvemos vidas". La agencia, que financia programas sanitarios y de emergencia en más de 120 países, ha sido considerada una herramienta fundamental del "poder blando" de Estados Unidos para contrarrestar la influencia de potencias como China.

¿Una decisión inconstitucional?

El anuncio ha generado un fuerte debate sobre su legalidad. Los demócratas en el Congreso han advertido que se trata de una "toma de poder inconstitucional". Usaid opera con un presupuesto aprobado por el Congreso, y su disolución o reestructuración requiere aprobación legislativa. Sin embargo, Musk argumenta que su llamado "Departamento de Eficiencia Gubernamental" (DOGE) puede decidir cómo se usan los recursos federales.

El problema radica en que Musk, aunque es un asesor clave de Trump, no es un funcionario federal, lo que plantea serias dudas sobre su autoridad real sobre la agencia. Su equipo incluso intentó acceder a los sistemas de pago del Tesoro de EE.UU., lo que alarmó a legisladores como el senador demócrata Ron Wyden, quien denunció el intento como un "flagrante desprecio por la ley".

Por su parte, Trump intentó calmar los ánimos asegurando que Musk "no hará nada sin nuestra aprobación".

Impacto político y global

El cierre o la reestructuración de USAID tendría enormes implicaciones tanto a nivel doméstico como internacional. La ultraderecha republicana sostiene que Estados Unidos despilfarra dinero en ayuda internacional mientras ignora las necesidades internas. Sin embargo, la agencia representa apenas una fracción del gasto federal: su presupuesto de 40.000 millones de dólares es mínimo en comparación con los casi 7 billones del presupuesto total del gobierno estadounidense.

A nivel internacional, el desmantelamiento de USAID podría debilitar la influencia de EE.UU. en regiones estratégicas y abrir espacios para que China y otras potencias llenen el vacío. Figuras como Matthew Kavanagh, director del Centro de Política de Salud Global de la Universidad de Georgetown, han advertido que esto sería un "desastre para la política exterior estadounidense".

Las acusaciones contra Usaid reflejan un debate más amplio sobre la asistencia internacional y la política exterior de Estados Unidos. Si bien existen críticas legítimas sobre su eficiencia y transparencia, hasta el momento no se han presentado pruebas concluyentes de conspiraciones o corrupción sistemática.

El futuro de Usaid dependerá de las decisiones políticas en Washington y de cómo evolucione la opinión pública sobre la ayuda internacional. Lo que es seguro es que la agencia ha entrado en una de las fases más inciertas de su historia, con un desenlace aún por definirse.

Con información de AFP

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