Earl Anthony Wayne se sintió atraído por el servicio exterior desde una edad temprana cuando se fascinó con otros países, en particular con la forma en que su cultura e historia era diferente de la suya. 

Empezó a reflexionar sobre las preguntas difíciles, como la forma en que los países caen en ciertos estilos de gobierno. ¿Qué pasos llevaron a la adopción de una democracia, comunismo o una dictadura?

El nativo de California llevó su deseo de aprender sobre todos los rincones del mundo y cómo pueden trabajar juntos a sus años de educación superior. 

Después de graduarse en la Universidad de California, Berkeley, obtuvo títulos de postgrado en Stanford, Princeton y en la Escuela de Gobierno JFK de la Universidad de Harvard. 

Una vez que terminó sus estudios, ya había decidido cuál sería la siguiente fase de su vida. 

"Decidí 'no, no quiero ser profesor' pero me gustaría practicar tratando de que los países trabajen juntos y produzcan mejoras en el mundo", dijo el embajador Wayne. 

Aprobar el examen para entrar en el servicio diplomático de EE.UU. le permitió trabajar para el Departamento de Estado en múltiples misiones durante 40 años.

Sus cargos más recientes incluyen el de Secretario de Estado Adjunto de Asuntos Económicos y Empresariales de 2000 a 2006, así como el de embajador de Estados Unidos en Argentina de 2009 a 2011. 

Posteriormente fue embajador en México de 2011 a 2015.

"La opción que estaba abierta en el momento en que terminé en México era volver a una parte del mundo muy conflictiva y pensé que tal vez me gustaría probar algo más por un tiempo", dijo.  

En los últimos años se ha mantenido muy ocupado trabajando en el sector privado, contribuyendo a los grupos de reflexión y ahora ha vuelto al mundo académico como profesor de práctica diplomática en la American University. 

Wayne dice que encuentra gratificante participar en el futuro de la representación de Estados Unidos en el extranjero para ayudarles a convertirse en "la nueva energía y el espíritu innovador" de la diplomacia. 

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador hizo su primera visita al extranjero el 8 de julio a Washington D.C. para reunirse con el presidente Donald Trump. La reunión fue organizada principalmente para celebrar la entrada en vigor del acuerdo México-Estados Unidos-Canadá (USMCA). 

El embajador Wayne cree que ambos líderes tenían mucho que ganar de esta reunión en términos de política interna. 

"Para Trump se trataba de superar parte de la imagen de lo mucho que ha criticado a México y a los mexicanos en los últimos cuatro años. Y creo que desde su perspectiva demuestra que a pesar de la dura retórica, ahora había una relación viable", explicó. 

Wayne también señaló que la actitud previa del presidente Trump hacia México también impidió que su ex presidente, Enrique Peña Nieto, lo visitara en marzo de 2018. 

En 2016, Trump prometió en su campaña que México pagaría por un muro que se extendería a través de la frontera sur para detener la inmigración procedente de ellos y de Centroamérica. 

The Washington Post informó que la reunión de 2018 se canceló porque Peña Nieto no aceptó declarar públicamente que su país pagaría por el muro fronterizo. El debate dejó de ser un tema una vez que AMLO asumió el cargo. 

El tema principal entre los dos líderes norteamericanos antes de su reunión fue que en 2019 Trump había amenazado a México con aranceles para que redoblaran los esfuerzos por controlar el flujo migratorio procedente de América Central. 

Esos aranceles nunca entraron en vigor, pero el Embajador detalló cómo ambos países pueden emparejarse para abordar las causas fundamentales que ponen a miles de personas del Triángulo del Norte en la posición desesperada de tener que hacer el peligroso viaje a la frontera sur de los Estados Unidos. 

La primera parte de su solución es fortalecer las economías de México y los países del Triángulo Norte para que haya un aumento en las oportunidades de trabajo..  

El siguiente paso es comprender que muchas personas están huyendo de la violencia que trae consigo el comercio internacional de drogas. Wayne reconoce aquí que se necesita un mejor sistema de justicia para combatir tanto la oferta como la demanda del comercio de drogas.

Cree que una USMCA bien implementada tiene el potencial de crear un buen marco para el comercio que permitirá que las economías de los tres países involucrados en el acuerdo crezcan significativamente. 

La USMCA reemplazó al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entró en vigor en 1994 y el Embajador explicó cómo se ha modernizado el acuerdo. 

"[La USMCA] creó un nuevo comité sobre la competitividad de América del Norte. El objetivo de ese comité es hablar de las cuestiones que están afectando a la competitividad de los Estados Unidos, el Canadá y México en el mundo y lo que debemos hacer juntos para hacer frente a eso. Así que eso podría cubrir algunas de estas áreas de inteligencia artificial y nuevas tecnologías", dijo. 

Más allá de esto, Wayne sugiere que la región podría mitigar los efectos que la nueva tecnología puede tener en la fuerza laboral al invertir en programas de reentrenamiento laboral y hacer que los estudiantes de secundaria se gradúen con habilidades superiores a las que se requieren actualmente. 

Otro tema latinoamericano reciente que Wayne discutió con AL DÍA es su manejo de COVID-19. 

El virus se ha salido de control en la región latinoamericana hasta el punto de que los presidentes de Bolivia, Brasil, Honduras y la República Dominicana han contraído el virus. 

Wayne fue embajador en dos de los países de la zona y comentó las condiciones que llevaron a América Latina a convertirse en el epicentro del nuevo coronavirus. 

"Fue una situación sin precedentes para América Latina. Había una gran variedad de enfoques y en algunos casos la gente entendía lo que tenía que hacer, pero no tenían los médicos ni los hospitales ni el equipo para manejar esto", dijo. 

Los dos países en los que Wayne actuó como embajador en la región, México y Argentina, firmaron un acuerdo en agosto con la compañía farmacéutica británica AstraZeneca para producir entre 150 y 250 millones de dosis de su prometedora vacuna COVID-19 para luego distribuirla en toda América Latina.  

"Sé que en el caso de Argentina, tienen una larga historia de haber realizado estas pruebas clínicas con varios países occidentales con mucho éxito y sin grandes efectos negativos. Así que mi suposición es que esto es parte de la razón por la que la compañía estaba interesada en trabajar con estos gobiernos", dijo Wayne. 

La Fundación Carlos Slim ayudó a asegurar este acuerdo y permitirá a los países más pobres de la región comprar dosis a un costo subsidiado y así no dejarlos atrás. 

Brasil y Venezuela todavía están abiertos a probar vacunas alternativas lanzadas desde laboratorios de China y Rusia. El embajador cree que los dos países sudamericanos son libres de probar cualquier vacuna que deseen, pero deben tener cuidado de que no cause más daño a sus pueblos.