La batalla contra la marihuana continúa
A pesar de que su consumo está legalizado en cada vez más estados, las fuerzas del orden federales se empeñan en frenar la expansión de la industria de la…
El año nuevo ha empezado con pérdidas y ganancias para la marihuana en EE.UU. El acceso a la marihuana para uso recreacional nunca había sido tan fácil para un estadounidense como en los primeros días de 2018.
Poco después, sin embargo, el jefe del Departamento de Justicia decidió lanzar una amenaza contra su nuevo estatus legal.
En California, desde el 1 de enero, los dispensarios tienen por primera vez permiso para vender marihuana para uso recreacional. California ha sido el sexto estado en permitir la venta de marihuana recreacional a personas adultas, después de Colorado, Oregon, Washington, Nevada y Alaska. Massachusetts será el siguiente, a partir de julio de 2018. Pero a nivel federal, la marihuana continúa siendo ilegal.
Según un informe reciente de CNN, se estima que la industria de la marihuana en California generará 7 billones de dólares en los próximos años, superando de largo todo el mercado legal de cannabis en 2016, que alcanzó los 6.6 billones de dólares.
Sin embargo, en un intento de desafiar este nuevo boom en la economía, el fiscal general Jeff Sessions ha decidido empezar el año nuevo ordenando poner fin a dos políticas implementadas por la Administración Obama que desalentaban al gobierno federal a interferir en cómo los estados implementan la legislación federal sobre la marihuana en su territorio.
Aunque solo el tiempo podrá decir cómo la decisión de Session afectará la situación legal de la marihuana en todo el país, el fiscal general ha abierto la puerta para que los procuradores federales puedan decidir ellos mismos cómo priorizar los crímenes relacionados con esta droga en sus jurisdicciones, independientemente de la normativa local.
Según una encuesta llevada a cabo en 2017 por el Marist College Institute of Public Opinion, el 52 por ciento de los estadounidenses de 18 años de edad o más la ha probado alguna vez, y el 44 por ciento la continúa consumiendo.
A pesar del extendido uso de la marihuana en todo el país, las fuerzas del orden estadounidenses continúan invirtiendo recursos para combatirla. The Washington Post reportó en septiembre del año pasado que el número de detenciones por posesión de marihuana en EE.UU. incrementó ligeramente en 2016, representando el 5 por ciento del total de arrestos al año.
El mismo reportaje aseguraba que ese año se produjeron más arrestos por posesión de la yerba que por crímenes violentos.
Un año después, todo apunta a que esta absurda tendencia a perseguir la marihuana por parte de las fuerzas policiales continuará al alza gracias a Sessions.
Aunque debería ser de conocimiento público que todos estos arrestos por posesión de marihuana afectan de forma desproporcionada a la gente de color, aquí tienen un pasaje de “La lucha contra la marihuana es negra y blanca”, un exhaustivo informe elaborado por ACLU sobre los arrestos por posesión de marihuana a nivel nacional entre 2001 y 2010:
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“De media, una persona negra es 3.73 veces más propensa a ser arrestada por posesión de marihuana que una persona blanca, a pesar de que el consumo medio de marihuana es similar entre blancos y negros. Este tipo de disparidades raciales vinculadas a los arrestos por posesión de marihuana se da en todas las regiones del país, en condados pequeños y grandes, urbanos y rurales, ricos y pobres, con mayor o menor población negra”.
También en 2013, la ACLU publicó otro informe que criticaba las dificultades - sino la imposibilidad- de estudiar la relación entre los latinos y los arrestos por posesión de marihuana por culpa de la falta de datos. El informe constata que el gobierno federal no tiene en cuenta el origen étnico de los arrestados a la hora de recopilar estadísticas sobre crímenes a nivel nacional.
Sin embargo, según el informe U.S. News & World Report, los hispanos fueron objeto del 77 por ciento de las sentencias federales por crímenes de marihuana en 2016.
Entre tanta incertidumbre sobre el futuro de la industria de la marihuana en EE.UU., ¿qué ocurre con el estatus del cannabis en el área de Filadelfia?
Los legisladores de Pensilvania han conseguido varios avances en la legalización de la marihuana para uso médico: más de 10,000 pacientes están inscritos en el programa de marihuana para uso médico en nuestro estado, que está previsto que empiece este año. Algunas ciudades del estado, Filadelfia inclusive, también han descriminalizado la posesión de pequeñas cantidades de marihuana.
A pesar de estos avances, nada indica que Pensilvania aprobará la venta de marihuana para uso recreacional en un futuro próximo. En cambio, el vecino estado de Nueva Jersey puede que haya tomado la vía rápida hacia la legalización.
Phil Murphy, quien juró su cargo de gobernador de Nueva Jersey este mes, dijo durante su campaña que su objetivo es legalizar la marihuana durante sus primeros 100 días de mandato. Se estima que la legalización de la marihuana para uso recreacional en el llamado “Estado Jardín” puede significar hasta 300 millones de dólares en recaudación de impuestos para Nueva Jersey.
Pensilvania y Nueva Jersey son solo dos de los más de la mitad de estados estadounidenses que ya han legalizado la marihuana para tratamiento medicinal de varias enfermedades.
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