En Catalunya, región autonómica del noreste de España cuya capital es Barcelona, se vive estos días una situación que roza el surrealismo.

El gobierno catalán, controlado por las fuerzas independentistas, ha decidido convocar un referéndum por la autodeterminación el próximo domingo 1 de octubre (1-O), a pesar de que la Justicia Española lo considera “inconstitucional”. La situación ha empujado al gobierno central de Madrid, dominado por el conservador Partido Popular, a llevar medidas represoras exageradas, ordenando el desplazamiento de centenares de policías y agentes de la Guardia Civil (la fuerza paramilitar) a Catalunya para confiscar urnas, precintar colegios electorales, registrar oficinas gubernamentales y llevar a cabo un puñado de detenciones de políticos y funcionarios catalanes por su implicación en la organización del Referendum. El objetivo es evitar que haya referendum, por las buenas o por las malas. 

La tensión en Catalunya ha llegado a niveles muy altos, con grupos independentistas manifestándose cada día en la calle en pro del derecho a votar en referéndum, un derecho que llevan reclamando desde hace siete años, a los que el gobierno central hace oídos sordos.

Por si fuera poco, a la falta de voluntad de las dos partes por dialogar y llegar a un acuerdo antes de que la fractura social sea demasiado grande,  se le ha sumado un nuevo elemento agitador: Julian Assange.  Desde su “prisión” en la embajada de Ecuador en Londres, el fundador de Wikileaks no ha dejado de meterle leña al asunto, posteando tweets constantes, en inglés y en catalán, para apoyar el Referendum catalán y criticar la postura de mano dura del gobierno español, así como el manipuleo de la prensa de Madrid.   

Los independentistas catalanes han convertido a Assange - atrapado en la embajada ecuatoriana desde 2012 para evitar su extradición a EEUU - en una especie de ídolo. Incluso los políticos le alaban: el número dos del gobierno catalán, Oriol Junqueras,  publicó un tweet dándole las gracias a Assange por “haber aportado un poco de luz al proceso independentista catalán.”

Este martes, Julian Assange volvió a meter baza en el asunto catalán, al proyectarse en pantalla grande en una facultad de Barcelona una videoconferencia suya en la que alentaba a los independentistas catalanes a seguir desafiando la legalidad, según cuenta Cristian Segura, reportero de El País en Barcelona.

 En la videoconferencia, Assange dice que “este choque entre los catalanes con el Estado español es un hecho determinante en la historia de Occidente”. El fundador de Wikileaks animó a otros países a repetir la movilización catalana para evitar que el modelo autoritario chino se consolide en el mundo occidental.

Assange puso como ejemplo de “región” que podría imitar el independententismo  catalán a California. Tras la victoria electoral de Donald Trump, en California resurgió la idea de un posible “Calexit”, con los argumentos de que California es una región económica suficientemente fuerte para no depender de EEUU y con inclinaciones políticas diferentes al resto del país. 

Sin embargo, el líder del movimiento separatista Yes California, Louis Marinelli, decidió mudarse a Moscú el pasado abril, y anunció que retiraba su petición de un referéndum por el ‘Calexit.” Según Business Insider, Marinelli trabajaba con el apoyo de un grupo de nacionalistas de extrema derecha rusa (The Antiglobalization Movement of Russia) que promueve  movimientos separatistas en Europa.

“En Rusia he encontrado la felicidad, una vida sin el estrés de la frustración y el resentimiento contra la patria, un futuro liberado de las divisiones entre partidos que han marcado mi vida adulta”, escribió Marinelli antes de mudarse  a Rusia.