AMLO viajó a Estados Unidos el 8 de julio para celebrar la USMCA, un nuevo comercio internacional que entró en vigor la semana pasada y que involucra a los tres países norteamericanos de Estados Unidos, México y Canadá. La gran pieza que faltaba en la reunión era el Primer Ministro canadiense Justin Trudeau, que faltó debido a las reuniones con su gabinete y a las sesiones en el parlamento en las que tuvo que estar presente.

Aunque Trudeau estuvo ausente en la reunión, la visita oficial de AMLO se destacó por sus contradicciones.

Antes de convertirse en el presidente de México, AMLO escribió un libro llamado Oye, Trump, donde el ahora presidente criticó y cuestionó a Trump por subyugar a los inmigrantes y fomentar el racismo contra los mexicanos en lo que llamó un acto de "hispanofobia". 

Además, ambos países también están entre los 5 primeros en el ranking de muertes de COVID-19. 

Siendo EE.UU. el primer afectado y México el quinto, justo detrás de Italia. Sin preocuparse por las estadísticas, ambos presidentes continuaron su visita sin llevar máscaras ni preocuparse por el distanciamiento social. 

Para concluir con la negociación, en una conferencia celebrada en las afueras de la Casa Blanca, AMLO destacó la ayuda de Trump en estos momentos inesperados, olvidando que en 2019, el presidente de EE.UU. advirtió sobre el aumento de un arancel del 5% en todos los bienes procedentes de México en caso de que la caravana de migrantes no se detuviera. 

Sin embargo, las contradicciones no se detuvieron ahí.

Los 10 empresarios que viajaron con AMLO pertenecen al grupo que durante su campaña presidencial llamó "La mafia del poder". 

El apodo alude a las conexiones corruptas y a los beneficios monetarios que estos líderes capitalistas obtuvieron con los anteriores presidentes y que ayudaron a alimentar su éxito económico. 

AMLO, que se llama a sí mismo un activista contra los "neoliberales" y el capitalismo, ha aceptado los términos de uno de los contratos de mercado más libres del mundo. 

La Cuarta Transformación (4T), como se ha denominado el período presidencial de AMLO, tenía por objeto erradicar la pobreza y la desigualdad social. Sin embargo, los términos presentados por el comercio de la USMCA van en contra de ese objetivo.

El objetivo de la USMCA es extraer la riqueza de lo público y dársela a lo privado. 

Al facilitar la conexión entre los Estados Unidos, México y el Canadá, el comercio enriquece a pocos empresarios y promueve la desigualdad social que AMLO pretendía eliminar.  

Los nuevos términos del acuerdo perjudican la economía de la región sur de México mientras que hacen más poderosas las ciudades de la frontera. 

Sigue el viejo adagio que AMLO pretendía eliminar, implementado con el antiguo tratamiento del TLCAN, allá por 1991 por el entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari, principal ícono del neoliberalismo en México. 

La paradoja es clara. 

Un presidente que se autodenominó populista e izquierdista hace su primer viaje internacional a los Estados Unidos en un intento de salvar la economía mexicana promoviendo el libre mercado y rechazando su discurso nacionalista.