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 El presidente del gobierno Mariano Rajoy, saluda tras intervenir ante el pleno del hemiciclo del Congreso en el debate de la moción de censura presentada por el PSOE. EFE/J.J. Guillén
 El presidente del gobierno Mariano Rajoy, saluda tras intervenir ante el pleno del hemiciclo del Congreso en el debate de la moción de censura presentada por el PSOE. EFE/J.J. Guillén

Adiós, Presidente Rajoy

Mariano Rajoy se despide como presidente de España tras perder una moción de censura presentada por el partido Socialista a raíz de un escándalo por corrupción…

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No fue la incapacidad de su gobierno para gestionar la crisis del separatismo catalán - que ha terminado con dos líderes de plataformas ciudadanas independentistas y medio gobierno catalán en prisión -,  o la aprobación de la polémica “ley Mordaza” (una polémica Ley de Seguridad Ciudadana para regular y multar determinadas manifestaciones públicas de protesta en Internet o en la calle), sino pura y duramente, la corrupción. 

El presidente español Mariano Rajoy, del conservador Partido Popular (PP) tuvo que despedirse el viernes de su cargo al perder la moción de censura presentada conta él por Pedro Sánchez, líder del partido de la oposición, el partido Socialista (PSOE), tras conocerse las duras sentencias por corrupción contra su partido. La Justicia española dictó a principios de esta semana sentencias de más de 30 años contra el tesorero del PP y 28 miembros del partido, acusados por malversación de fondos, lavado de dinero y evasión de impuestos, además de haber aceptado pagos “en B” (dinero negro), además de imponer una sanción de más de 200,000 dólares al propio PP. 

Ante la gravedad de las sentencias, el socialista Sánchez decidió el jueves presentar en el Congreso una moción de censura contra Rajoy. Una medida arriesgada, pues Sánchez no tiene demasiados aliados en el Congreso. No obstante, tras ocho horas de debate intenso en el Congreso, finalmente la moción de censura fue aprobada por la mayoría de los congresistas - incluyendo los partidos nacionalistas catalanes y vascos - para destituir al presidente Rajoy.

La anécdota divertida del día - si es que la hay - fue que durante las casi 8 horas que duró el debate en el Congreso, el presidente Rajoy - que ya avisó que no tenía ninguna intención de dimitir - estuvo “escondido” en un restaurante de Madrid, donde le dio tiempo a comer, merendar y cenar, mientras los diputados decidían su futuro en el hemiciclo. Su escaño quedó ocupado por el bolso de mano de la vicepresidenta, Soraya Sánchez de Santamaría (y la imagen del bolso solitario ocupando el sitio del presidente se convirtió en un chiste viral en las redes).

 Al salir del restaurante, que se llenó de periodistas y curiosos al descubrirse que el presidente en funciones estaba allí dentro, Rajoy ya sabía que el nuevo presidente español era el socialista Pedro Sánchez , que hoy sábado jurará su cargo ante el Rey Felipe VI.

El escándalo por corrupción llevaba meses - años - acechando al Partido Popular, que a pesar de todo pudo ganar las  elecciones generales de 2015, aunque sin mayoría en el Parlamento. (Gobernaba con el apoyo de Ciudadanos, el partido liberal-nacionalista español de nueva creación fundado por el joven Albert Rivera y que ha ganado una gran popularidad en los últimos meses gracias a su posición dura con el independentismo catalán).

En 2009, un juez inició una investigación sobre posible desviación de fondos públicos por varios miembros del PP, en lo que se conoce como el “caso Gürtel”.  El valor de contratos fraudulentos y desviación de fondos públicos para beneficio personal de los políticos se calcula que supera los 170 millones de dólares. El PP también arrastraba la lastra del llamado “caso Bárcenas”, en honor al que fue tesorero del partido, acusado de haber desviado millones de euros en cuentas suizas de financiación ilegal de campañas. El primer ministro Rajoy fue llamado a testificar, pero siempre ha negado saber nada.

Los mismos desafíos

Pedro Sánchez tiene muchos retos por delante. En primer lugar, y el más urgente, la crisis catalana. Su partido fue muy criticado por la ciudadanía catalana por haber apoyado al gobierno de Mariano Rajoy a aprobar la aplicación del polémico “artículo 155”, un artículo de la Constitución española que permite anular todos los poderes autonómicos de una región en caso de haber desafiado la ley. En diciembre de 2017, el gobierno de Rajoy decidió aplicar el artículo 155 sobre Catalunya, después de que los partidos nacionalistas hubieran seguido adelante con la declaración unilateral de independencia en base a unas leyes aprobadas por mayoría en el Parlamento catalán, pero que eran inconstitucionales a los ojos de la justicia española. La aprobación del 155 se hizo con el apoyo del partido Socialista y de Ciudadanos, un partido que las encuestas aseguran que puede arrasar en las próximas elecciones españolas.

A pesar de las críticas a los socialistas por haber apoyado la línea dura de Rajoy con Catalunya, los partidos separatistas catalanes dieron ayer su voto a favor de la moción de censura a Rajoy. A cambio, han pedido a Sánchez que inicie la vía del diálogo con Catalunya, que desde hace unas semanas vuelve a tener presidente, también separatista.      

“Mi Gobierno será socialista, paritario, europeísta, garante de la estabilidad presupuestaria, cumplidor en consecuencia de sus deberes europeos; un Gobierno que cumplirá y hará cumplir la Constitución”, declaró el nuevo presidente durante discurso de moción de censura. “Un mensaje dirigido también a la Unión Europea y los mercados, ante la inquietud derivada de la inestabilidad política en Italia y España”, observó el diario El País.

Pero nada será fácil para el presidente Sánchez, que solo tienen 84 de los 350 escaños en el Congreso y sabe que sus aliados en la moción de censura han sido temporales. Veremos que ocurre.