Maduro: el desesperado comodín para desviar la atención del coronavirus
En medio de la crisis del coronavirus en Estados Unidos, el Departamento de Justicia presenta cargos criminales y ofrece quince millones por Nicolás Maduro, …
El 26 de marzo el Departamento de Justicia presentó cargos criminales contra el Presidente venezolano, Nicolás Maduro Moros. Los cargos incluyen narcoterrorismo, corrupción y tráfico de drogas, entre otros, como porte y uso de armas para fines narcoterroristas, cargos que conllevan penas que van desde los veinte años en prisión a la cadena perpetua.
El Departamento de Justicia, en su comunicado de prensa, explica que estos cargos son presentados por la presunta colaboración de Maduro en actividades ligadas al narcotráfico durante los últimos veinte años –es decir, durante todo el periodo que el expresidente Hugo Chávez Frías estuvo en el poder y el tiempo que Maduro lleva gobernando– y la corrupción de el Estado con el fin de facilitar dichas actividades.
De acuerdo a la declaración del Departamento de Justicia, estas actividades ilícitas fueron realizadas en coordinación con la exguerrilla colombiana de las FARC –Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia–, que transportaban toneladas de cocaína de Colombia a Venezuela para que posteriormente fueran exportadas a Estados Unidos pasando por el espacio aéreo de Honduras.
Consecutivamente, el Drug Enforcement Administratio (DEA) dio a conocer que estaban ofreciendo hasta quince millones de dólares por información que lleve a su captura. Por Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, la recompensa alcanza los diez millones de dólares.
El 31 de marzo, el Gobierno estadounidense hizo el ofrecimiento de rebajar algunas de las sanciones económicas que tiene contra Venezuela a cambio de que Nicolás Maduro renuncia a la presidencia y se establezca un modelo de gobierno de transición, del que Juan Guaidó tampoco debería hacer parte.
En vista de la caída del precio del petróleo, del que la economía venezolana es absolutamente dependiente, el levantamiento de las sanciones económicas y la recompensa ofrecida son esfuerzos por desestabilizar el círculo próximo a Maduro.
En un país con una economía en la depresión más profunda de la historia latinoamericana, el contexto de la pandemia por el COVID–19 pone a Venezuela en una situación todavía más delicada, en la que el gobierno estadounidense esperaba que la orden de captura contra Maduro fuera la pieza de dominó que detonara la caída de todas las demás.
Si bien las voces de alarma sobre el llamado Cartel de los soles han sonado durante años, la inocencia o culpabilidad tanto del Presidente Maduro como de sus hombres más cercanos tendrá que determinarse ya sea en juicio o en los libros de historia.
Por otra parte, las acusaciones presentadas contra Maduro sostienen que sus presuntas actividades de narcotráfico fueron realizadas en asocio con la guerrilla de las FARC durante veinte años. Mas este enunciado omite tanto las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano entre el 2012 y 2016 y la firma del Acuerdo de Paz entre las dos partes en el 2016.
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Desde la firma del Acuerdo Paz, en Colombia han surgido nuevos grupos narcotraficantes y efectivamente han surgido grupos disidentes, pero no se trata ya de la misma guerrilla.
Esto, en pocas palabras, significaría que de ser ciertas las actividades ilícitas que se le imputan, durante los últimos cuatro años el Cartel de los soles tendría que hacer diversificado sus relaciones, con lo que el panorama expuesto por el Departamento de Justicia estaría incompleto.
Una de las explicaciones a por qué todo este movimiento se desencadenó justo en este momento es la pandemia de COVID–19.
En un contexto de emergencia sanitaria, en el que el Presidente Trump ha sido fuertemente criticado por su gestión y en el que, aunque a fuego bajo, la carrera presidencial continúa, mostrar una postura agresiva contra el gobierno de Nicolás Maduro puede contribuir a ganarle votos de la diáspora venezolana a Trump.
De acuerdo a datos del Pew Research Center, la población venezolana en Estados Unidos (tanto nacidos en el país como naturalizados) se concentra mayoritariamente en los estados de Florida, Texas y Nueva York. Si se tiene en cuenta que en el estado de Florida se concentra el 52% de la población venezolana en Estados Unidos (en Florida está el 11% y en Nueva York el 4%), su voto cobra una gran relevancia: puede definir los resultados de un estado clave.
Sin embargo, de momento el poder de Maduro en Venezuela no muestra ninguna señal de debilitamiento, no hay indicios de que vaya a ser traicionado por sus aliados ni de que tenga interés alguno en salir del poder.
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