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Donald Trump durante un miting. Photo by KAMIL KRZACZYNSKI / AFP
Donald Trump durante un miting. Photo by KAMIL KRZACZYNSKI / AFP

Pensilvania le dio el impulso final a Trump para ganar las elecciones

Georgia, Carolina del Norte y Pensilvania entregaron 32 votos electorales al ex presidente Trump, con lo que aseguró su segunda presidencia.

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Donald Trump ganó este martes tres de los estados clave en las presidenciales estadounidenses y con ello selló su segunda victoria en una elección presidencial con 277 votos electorales hasta el momento, cuando quedan pendientes resultados de Michigan, Arizona y Nevada donde es muy probable que el hoy presidente electo gane igualmente.

Carolina del Norte, afectada por el huracán Helene, Georgia, con una importante población afroestadounidense, y Pensilvania le dieron las primeras alegrías de la noche al candidato republicano.

Esos eran tres de los siete campos de batalla que decidirían quién sería el próximo inquilino de la Casa Blanca.

En las elecciones más reñidas de la historia contemporánea del país, todas las miradas convergieron en Georgia, Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Arizona y Nevada.

No hubo sorpresas en el resto de los estados, que suelen dividirse entre los tradicionalmente demócratas o republicanos. Entre otros, Trump sumó como era de esperar Florida y Texas, y Harris Nueva York, California y la capital, Washington.

Para ser presidente en Estados Unidos no basta con tener más sufragios que el oponente. Hay que conseguir el número mágico de 270 votos en el colegio electoral, integrado por 538 delegados que teóricamente deben respetar la voluntad del pueblo.

Trump ha conseguido ya 277 votos electorales y Harris 224, que espera los resultados de Maine que le sumarían 2 votos adicionales.

Durante su discurso en el que se declaró victorioso, Donald Trump agradeció el mandato claro y extraordinario que recibió por parte del electorado estadounidense.

La noche fue totalmente republicana, pues le quitaron a los demócratas el control del Senado y están muy cerca de consolidar su dominio en la Cámara.

El dominio del Congreso, con la renovación de los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 sobre 100 en el Senado, también estaba en juego así como la gobernación de varios Estados.

Antisistema

Mitin tras mitin, el republicano, que sufrió dos intentos de asesinato durante la campaña, repitió la partitura de 2016 y 2020, presentándose como un antisistema.

El mismo credo de siempre: la lucha contra los migrantes en situación irregular que, según él, "envenenan la sangre" del país.

Los tacha de "terroristas", "violadores", "salvajes", "animales" salidos de "cárceles y manicomios".

Condenado por un delito penal a finales de mayo y con cuatro inculpaciones pendientes, el septuagenario pintó un panorama sombrío del país durante una campaña dominada por la violencia verbal.

Trump insultó a Harris llamándola "lunática radical de izquierda", "incompetente", "tonta" y persona "con un "coeficiente intelectual bajo", entre otros calificativos.

Ella lo llamó "fascista". Otro tanto hizo él.

Eso sin contar el comentario de un humorista pro-Trump que dijo que Puerto Rico es como una "isla flotante de basura" o un desliz del presidente Biden quien, en reacción, llamó "basura" a los seguidores del conservador.

Con información de © Agence France-Presse