Tenor mexicano en Filadelfia, inspirado por Infante y Negrete
Abraham Breton es un mexicano que acaba de llegar a la ciudad. Su voz de tenor le ayudó a ganarse una beca de cuatro años en la Academina de Artes Vocales de…
Abraham habló con AL DÍA News sobre su vida y su carrera.
Creo que comencé profesionalmente durante la secundaria, cuando tenía 15 años. Comencé algunas lecciones de canto, y luego aprendí a leer, escribir y comprender la música. Tomé un propedéutico antes de entrar a la universidad, y luego me inscribí en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Tomé varios cursos para mejorar mi calidad musical y mis habilidades vocales. Luego tomé algunos cursos de verano, para luego ingresar a la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano, un estudio de ópera en México. Desde allí me trasladé a la Academia de Vocal Arts, aquí en Filadelfia.
Solía ver muchas películas de Pedro Infante y Jorge Negrete cuando era niño. Eran mis ídolos. Un día fui a una fiesta familiar y una prima me dijo: “Entonces crees que eres tan valiente como Pedro Infante”. Le dije que sí y me retó a cantar. Nunca había cantado en mi vida, le dije que si ella me presentaba ante la audiencia entonces cantaría. Así lo hizo. Le pregunté al grupo de mariachi que estaba allí cómo podía hacerlo. El líder de la banda me dijo que tan solo respirara y cantara. Ese día supe que era lo que quería hacer, sentí que había nacido para esto.
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Las madres latinas siempre se preocupan por las decisiones de vida de sus hijos. Cuando realmente saben que estás haciendo algo con toda la pasión del mundo y que estás dando lo mejor de ti, siempre te apoyarán. Siempre tuve la sensación de que mi madre tenía miedo de que el canto no fuera un trabajo profesional formal, como administrador o doctor. Las madres no se preocupan por la cantidad de dinero que harás, solo quieren verte feliz.
Yo tenía una beca para ir a hacer un curso de verano en Italia. Conocí a un muy buen profesor y amigo que me ayudó a mejorar mi canto, mis lecciones y me brindó su amistad. Mientras estuve cantando allá, conocí a muchas personas que venían de la AAV y sus historias sobre la vida en Filadelfia, y me sorprendió su buen nivel musical. Quise vivir eso en primera persona, entonces decidí venir.
Suelo decir que somos como atletas. En un deporte debes entrenar tu cuerpo y tu mente, y es un proceso muy largo. Para una ópera, la preparación es un proceso también. Todos los días hay que practicar y escuchar música, tenemos que estudiar a otros cantantes y sus técnicas. Tienes que cuestionar tus fortalezas y tus debilidades, y trabajar en ellas. Tienes que aprender diversos lenguajes para lograr entender y pronunciar las palabras de manera correcta. Tienes que enfocarte en cómo pronunciar las palabras. Es tan físico como mental.
Recuerdo que mi primera competencia fue en México, en el concurso Francisco Araiza. Yo tendría unos 20 ó 21 años. Me fue bastante bien y no estaba para nada nervioso. Una de las cosas que te gusta ver en un intérprete es que se sienta libre y que se diviertan. Incluso si la persona no es perfecta, quieres sentir lo que te transmiten desde el escenario. Si eres joven y no te importa nada, solo sales y das todo lo que tienes. Obviamente mi técnica no estaba completamente desarrollada entonces, mi lenguaje no era fuerte, pero lo disfruté de igual manera.
Crecí en una familia campesina, criando caballos, y hasta entonces mi sueño siempre fue ser un ingeniero agrónomo. Cuando crecí, me di cuenta de que no era el sueño adecuado. Yo no soy el tipo de persona que se sienta en un escritorio. Necesito interpretar. Si no fuera cantante, quizás sería actor. n
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