El exfiscal de Filadelfia Seth Williams –detenido hace tres meses luego de haberse declarado culpable de recibir regalos a cambio de favores judiciales–, fue condenado este martes a pasar cinco años tras las rejas.

La sentencia, promulgada por el juez federal Paul S. Diamond, es la máxima que la ley dispone por el cargo de soborno y corrupción. 

Además de la sentencia a prisión, Williams deberá pagar una multa de $100.000, suma que se había comprometido a pagar parcialmente en junio pasado cuando se declaró culpable del delito de soborno bajo la condición de no enfrentar otros 28 cargos criminales.

De acuerdo con reportes de prensa, el exfiscal distrital de Filadelfia reconoció una vez más la gravedad de sus delitos y pidió perdón por haber manchado el cargo, cuya elección calificó como “el honor de mi vida”.

Mientras el otrora hombre fuerte de la Fiscalía lucía reducido a su mínima expresión, el juez Diamond no mostró la menor misericordia.

Durante la lectura de la sentencia, Diamond no se guardó ninguna puya contra Williams. “Prácticamente desde que tomó posesión del cargo, usted se vendió a los parásitos de los que se rodeó. Usted humilló los hombres y mujeres de la Fiscalía Distrital”, afirmó. 

El juez no se quedó ahí, también se refirió a la solicitud de Williams sobre que le otorgaran un momento de libertad bajo supervisión electrónica para visitar a su madre y “poner sus asuntos en orden”.

Diamond ridiculizó a Williams recordándole que se robó el dinero de la fundación de su madre para dedicarse a ser “un comensal en arios de los restaurantes de la ciudad”.

El pasado 29 de junio, Williams se declaró culpable de haber recibido sobornos del empresario Mohammad Ali a cambio de que se le retirasen otros 28 cargos por los que era procesado.

La confesión se dio una semana después de que Ali asegurara que en efecto había colmado de lujosos regalos al exfiscal distrital. 

En concreto, Williams aceptó haber recibido de Alí viajes a lujosos resorts en República Dominicana, aceptó haber defraudado su propio comité electoral tras haber usado dinero de su campaña para gastos personales, y de haberse apropiado de recursos dirigidos a un centro de atención dirigido por su madre.

“El señor Williams admitió que vendió su oficina a cambio de una serie de pagos corruptos que incluyeron viajes, carros y otros bienes costosos. El señor Williams admitió que se adueñó fraudulentamente de dineros que no le pertenecían y que usó fraudulentamente los recursos de la ciudad en su beneficio”, dijo entonces el fiscal federal William Fitzpatrick.

De esta manera, la carrera pública de Williams termina tras ocho años al frente de la Fiscalía, cargo al que llegó generando enormes esperanzas de cambio tras los 19 años de Lynne Abraham al mando.