La Revolución: una obra estampada
¿Qué tienen en común una Señora Libertad llena de tatuajes, una pantera negra que gruñe, y un onesie que dice The Revolution Will Not Be Pacified ? Un almacén…
Fue allí, en la librería Wooden Shoe Books, catalogando y observando meticulosamente cada objeto en exposición, cada poster colgado en la pared, cada copa menstrual en el inventario, donde la vi: una gata lila. Estaba desorientada, con sus uñas pintadas de negro arañando el aire frustradamente, las espesas cejas fruncidas, los dientes tan brillantes como el aro de su nariz y sus pulseras. Gritaba la palabra STOP (“Pare”) en una burbuja azul que brotaba de su boca como la de los dibujos animados, pero el mensaje sobrepasaba los bordes de la camiseta: era un gato en contra de la llamada de los gatos.
A pesar de la pigmentación artificial, y de llevar más piercings de los que mi madre me dejaría llevar, se trataba de un gato bastante relacionable. Quizás demasiado relacionable. Al salir de la librería, mientras caminaba de regreso a Jefferson Station por South Street, no pude sacarme esa gata de la cabeza. Puede que fueran los bocinazos de los coches, las obscenidades que alguien me gritó desde alguna ventana, o esos dos hombres que intentaron llamar mi atención mientras yo intentaba ir del punto A al punto B sin tener ningún altercado: el caso es que su pose de “paso de todo” me hizo sentir comprendida.
Unos meses más adelante, al regresar a Filadelfia para empezar en mi nuevo trabajo, volví a pasar por delante de The Wooden Shoe para ver si veía a la gata. Pero había desaparecido sin dejar rastro. En su lugar había ahora otra magnífica pieza de ropa, estampada con una pantera negra soltando un rugido, y luces de neón brillando de sus ojos. El eslogan que acompañaba la pantera era el siguiente: NO JUSTICE, NO PEACE (“Sin Justicia no hay paz”).
Esta vez comprobé la marca de la camiseta antes de cerrar la puerta detrás de mí. Y descubrí el pequeño círculo con un megáfono, el logo de Philadelphia Printworks, una empresa de estampación de camisetas con un fin concreto: contar la verdad, por muy dura que sea. La Revolución en una camiseta de algodón.
Al poco tiempo, decidí investigar a fondo Philadelphia Printworks y realicé una visita a los almacenes que la empresa tiene en West Philadelphia. Allí me recibió Maryam Pugh, su propietaria y cofundadora. Mientras se abría la puerta y aparecían detrás suyo unas escaleras, invadió el ambiente un olor a tinta mojada, señal evidente del trabajo que se estaba desarrollando en el almacén en ese momento.
Philadelphia Printworks todavía es un proyecto “en proceso.” Lo que empezó siendo el fruto de una historia de amor por la justicia social y la llamada “Cultura DIY” (“hágaselo usted mismo”) por parte de Pugh y su socia, Ruth Perez, se ha convertido en mucho más que una empresa de venta de camisetas. Para Pugh, Philadelphia Printworks era el proyecto creativo y de impacto que necesitaba llevar a cabo después de una década trabajando como informática y acabar “quemada.” En 2010, Perez y ella abrieron un pequeño negocio en Dauphin Street, en North Philadelphia, pero dos años más tarde Perez abandonó la aventura y Pugh no solo tuvo que cambiar el espacio, sino también expandir el compromiso de Philadelphia Printworks con la comunidad.
Hasta el momento, la población de Filadelfia que conoce la línea de esta marca se ha mostrado muy receptiva con su objetivo de lucir mensajes que despierten el debate social y la consciencia ciudadana sobre las comunidades más marginales de la ciudad, especialmente la gente de color. “La gente enseguida se entusiasmó por nuestras camisetas, ya que muestran algo que no ven a su alrededor, que está infrarrepresentado, y enseguida logró hacerse un hueco en el mercado,” explica Pugh con orgullo.
Pugh explicó que sería “muy fácil dedicarse simplemente a vender camisetas,” pero esa no es la razón por la que un negocio como Philadelphia Printworks ha podido sobrevivir con éxito siete años vendiendo camisetas online o en locales como The Wooden Shoe, The Sable Collective, o incluso en Oakland, Brooklyn y Harlem.
El objetivo a largo plazo es crear un mundo mejor para todo el mundo con logos y estampados atractivos. No obstante, estos objetivos tan idealistas y bien-intencionados pueden verse obstaculizados -como no- por barreras enraizadas en nuestra realidad social. Por ejemplo, el hecho de ser una mujer negra en los EE.UU. Pugh dice que estos retos “influencian en su forma de ver la vida y viajar por el mundo.” También dice que está muy motivada por sus derechos como ciudadano.
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Cuando le pregunté a Pugh qué hacía para cuidarse, sus sabios consejos incluían usar una metodología de dejar ir, no “cargar con” (es decir, no contar sus problemas a gente que no puede ayudarle); desconectar, recentrarse en uno mismo, pasar más tiempo con sus seres queridos al aire libre- A Pugh le gusta ir a la playa o de camping con su pareja y su hija.
Desde sus comienzos, Philadelphia Printworks ha ido evolucionando a algo más que una empresa de moda. “PhilaPrint” es hoy una organización de carácter social, orientada a la comunidad, que tiene una revista, un blog, y organiza diversas actividades: “estas nuevas funciones empezaron con el deseo de poder mantener un debate abierto sobre los temas que evocan nuestros estampados, de tener un espacio donde poder criticar, debatir, avanzar en las conversaciones… Creo que el activismo induce al diálogo, pero también se requiere una praxis, y no puede lograrse un cambio significativo sin ambos. Queremos crear un espacio, tanto en la web como aquí mismo, donde la gente pueda reunirse y sentirse cómoda,” explicó Pugh.
La manager y curadora de Zine Distro de Philadelphia Printworks es Jessica Rodriguez, una afro-Latina basada en Oakland, California. Empezó a trabajar para PhilaPrint hace alrededor de un año, y se enamoró de la idea de poder ofrecer un altavoz a todas aquellas voces que suelen pasar desapercibidas en los medios de comunicación de masas, algo que ha sido particularmente gratificante e importante para ella teniendo en cuenta el agitado clima político actual. La curadoría y gestión de un magazine enraizado en el activismo significa ofrecer un espacio abierto y seguro para dar apoyo a los “artistas POC que intentan sobrevivir en el sistema capitalista supremacista Blanco compartiendo sus historias, su arte y principalmente, difundiendo el mensaje de inclusión, consciencia y activismo sobre el que se fundó PhilaPrint:
“Ser parte del equipo me ha impulsado a retar mucha de la retórica socialmente arraigada de la que muchos de los POC debemos desprendernos: cosas como el color de la piel, el racismo internalizado, etcétera. Además, estoy convencidoade que uno no puede liberarse totalmente de sus problemáticos ideales culturales y sociales sin cuestionarse cómo ellos mismos sostienen estas creencias. Puedo decir con seguridad que trabajar para este equipo, junto a muchos otros artistas, escritores y pensadores increíblemente brillantes, me ha hecho hiper-consciente de las maneras con las que yo navego por la América Blanca hoy en día. Pienso que este es el mensaje que queremos compartir con nuestra audiencia,” dijo Rodríguez.
Además de expandir Philadelphia Printworks a nivel geográfico y en producción de contenido, la empresa ha pasado de ser “reactiva” para colaborar más en proyectos artísticos y mantras de justicia social con el fin de ser más “proactiva” a la hora de desmantelar los sistemas de opresión interseccionales. Y lo ha logrado, centrándose en sacar a la luz los temas que vale la pena prestar atención, en revelar hipocresías e inconsistencias de nuestra sociedad. El estampado favorito de Pugh es el de la pantera negra con una tormenta eléctrica brotando de sus ojos que vi en The Shoe el pasado julio: No Justice No Peace. El favorito de Rodriguez es “Fuck It Up Sis”, una colaboración de la artista Brittany Burton. Otras menciones notables son para “Ningún Ser Humano Es Ilegal”, una Estatua de la Libertad marchando con un signo en el que se lee “No Ban, No Wall!”, y la colección entera de The School of Thought. Y, por supuesto, el gato lila.
Para estar al día de las últimas producciones de The Philadelphia Printwork puede visitar su web, su página de Facebook o su cuenta de Instagram. La empresa destina una parte de los ingresos a diferentes organizaciones sociales, locales y nacionales, como Black Yoga Teacher’s Alliance Scholarship Fund, Pussy Division, Assata’s Daughters, Feed South Central, y otros.
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