Aunque el entumecimiento en el cuerpo y la sequedad en los ojos son pan de cada día para este redactor-inmigrante que pasa en promedio 9 horas diarias sentado al frente de un computador, esta vez la cita con los médicos de Puentes de Salud no se debió a una dolencia muscular sino a la premiere del documental que cuenta su historia.

El lugar: el majestuoso Instituto Franklin de Filadelfia. Los invitados: el equipo profesional de Puentes, miembros de la comunidad médica de la ciudad, pacientes inmigrantes y estudiantes de medicina. El día: el pasado martes, 19 de septiembre.

Clínica de Migrantes es un cortometraje que narra en 40 minutos cómo Puentes llegó a ser lo que es hoy: la única opción para muchos inmigrantes de acceder a un servicio de salud en Filadelfia; una especie de “clínica santuario”.

El film inicia con una secuencia de imágenes en movimiento que recorren un Italian Market vacío, sin gente, planos que simbolizan la presencia de una comunidad específica en el sur de Filadelfia y que sin embargo no aparece en escena. 

¿Metáfora de las dificultades invisibles que miles de indocumentados enfrentan a diario y de las que no nos enteramos? Seguramente, una de ellas el acceso a seguros de salud como consecuencia de la barrera del idioma, las condiciones laborales y el ambiente de persecución.

De la mano del director Maxim Pozdorovkin –conocido por films como Pussy Riot: A Punk Prayer (2013) y The Notorious Mr. Bout (2014)–, la cámara acompaña en tiempo real la reconstrucción del camino andado por sus fundadores, los doctores Steven Larson y Jack Ludmir, desde cuando empezaron en un centro clínico prestado en 2004 hasta cuando abrieron su sede propia hace un par de años en el cruce de las calles South y 17.

Cuatro relatos independientes se mezclan en el transcurso del filme. 

El de la tenacidad. Representada en la lucha diaria del doctor Larson y su omnipresencia en cada detalle del funcionamiento de Puentes: desde la búsqueda incansable de apoyo financiero, hasta el acompañamiento casi paternal a sus pacientes. 

El de la ética. Reflejada en el trato humano que el doctor Ludmir intenta imprimir en sus  equipo de estudiantes/voluntarios de medicina y enfermería en cada caso atendido. “No me importa tanto el aspecto médico, porque eso se aprende, sino que tienes cinco segundos para mostrar corazón y compasión a gente que generalmente está pasando por un infierno”, afirmó durante el conservatorio después de la proyección.

El de la voluntad. Retratada en el acompañamiento cariñoso e incondicional que Daphne Owens, médico que trabaja como voluntaria, hace de Mary, una paciente con un cáncer terminal. Y el de la gratitud. Reflejada en los rostros de los más de 10.000 inmigrantes que acuden cada año a los consultorios de Puentes.

Para Pozdorovkin el objetivo Clínica de Migrantes, más allá de contar su historia, es poner el debate migratorio en sus justos términos. “[El documental] presenta un retrato humano de la población indocumentada en este país. Queríamos concentrarnos en lo que esta población atraviesa, cómo es vivir en las sombras, cómo es la situación de esa clase trabajadora, y cómo es que se les niega sistemáticamente el acceso a atención sanitaria y a otros servicios sociales”.

Además de la evolución de Puentes, el film registra los casos que con más prevalencia atienden los médicos: embarazos en mujeres muy jóvenes, dolores físicos y emocionales de pacientes que no paran de trabajar, cuadros de diabetes desatendidas, y hasta una inmigrantes abandonada por un hospital con un diagnóstico terminal de leucemia. 

Steven Larson, director ejecutivo de Puentes, dice que el documental no es un manifiesto político sino una reflexión sobre el quehacer médico. “Hay una historia ética que tiene que contarse y es sobre hacer lo correcto: cuidar a la gente sin reparar en su origen geográfico”.

Clínica de Migrantes retrata esas dos caras de la misma moneda: las dificultades que enfrentan quienes –como Larson, Ludmir y su equipo– quieren facilitar el acceso a la salud de comunidades inmigrantes, y las de quienes, obligados a trabajar en condiciones paupérrimas, viven en un estado de vulnerabilidad que mata.

Pero sobre todo, es un relato conmovedor de la solidaridad y la ética profesional puestas al servicio de quienes lo necesitan. Y de los lazos de amistad que acercan y unen a dos mundos divorciados: la comunidad inmigrante y la comunidad médica de Estados Unidos.

Clínica de Migrantes será estrenado por HBO y HBO Latino el próximo lunes 25 de septiembre a las 10:00 p.m.