Si bien tan sólo el lunes los manifestantes se encontraban en las calles demandando un alto a las rutinas de detención y registro y a la saturación de ciertas comunidades pobres por parte de los oficiales de la policía – prácticas que son percibidas como la última frontera para que Filadelfia se transforme en una verdadera ciudad santuario – un reporte publicado el día martes intenta dar un poco de esperanza.

Aunque el departamento reportó haber detenido a casi 140.000 personas en el 2016, los porcentajes legales y sustentados aumentaron, aunque siguen habiendo 35.000 personas que fueron detenidas de manera ilegal.

De acuerdo al reporte, el Departamento de Policía de Filadelfia ha progresado significativamente en las jornadas de detención y registro, habiendo avanzado considerablemente durante el año pasado, cuando fue introducido un decreto de consentimiento que exigía mejoras en el asunto.

El reporte declara que hubo un decrecimiento del 35% en la cantidad de detenciones entre el 2015 y el 2016. Y en la segunda mitad del 2016, 3 de cada 4 detenidos fueron sustentados con sospechas razonables, comparado con el 67% en el 2015. Aproximadamente un 60% de las detenciones tuvieron sustento razonable, comparado con el 43% del año anterior.

El abogado David Rudovsky dijo a Associated Press que “este año fue el primer año en el que el departamento hizo responsables a los oficiales. Por un lado, felicitamos a la ciudad por haber reducido el número de detenciones erróneas, pero seguimos con un gran número de personas que no están siendo tratadas correctamente por la policía en la ciudad de Filadelfia”.

De las 140.000 detenciones, 35.000 fueron ilegales, pues el 77% de las paradas en el 2016 fueron de personas de color y latinos. Aunque el reporte será hecho público completamente el 16 de Mayo, analizará las disparidades raciales que enfrentan los residentes negros y latinos, que apunta a que esas comunidades son un objetivo fijo.

El día lunes, en el Ayuntamiento de la ciudad, miles de personas se reunieron para celebrar el Día del Trabajador protestando específicamente contra las redadas de la ICE y las detenciones y registro de las comunidades de color. La protesta, organizada por el Colectivo de Trabajadores de Color y Juntos, contó con discursos por parte de varios líderes comunitarios sobre el asunto.

“Mientras continúen las detenciones y registros, no podremos ser una ciudad santuario verdadera”, dijo uno de los voceros.

Y sus demandas no son infundadas. Existe el registro de un caso de Bailey contra la Ciudad de Filadelfia, introducido por la ACLU of PA en el 2010 contra la ciudad, a favor de ocho hombres de color que aseguraron haber sido detenidos tan sólo por su raza.

La demanda declaraba que la práctica ilegal de detención y registro de peatones negros y latinos era una estrategia del departamento de policía que afectaba a miles, siendo la regla, no la excepción.

Como parte del acuerdo al que se llegó el 21 de junio del 2011, la ciudad de Filadelfia y la ACLU acordaron monitorizar las detenciones y registros de la ciudad.

El comisionado Richard Ross aseguró que su departamento tiene “un largo camino por recorrer” para cambiar la cultura en las paradas policiales.

El Alcalde Kenney dijo a la ASsociated Press que “Aún debemos investigar crímenes, pero si el público no confía en nosotros ni en sus oficiales, entonces no tenemos una ciudad segura”, aseguró el alcalde. “Mi meta es que ningún joven de color, en camino a la escuela o al trabajo, sea detenido tan sólo por el color de su piel”.

Con Kenney y Ross liderando la marcha, el departamento ha agregado que disciplinarán a cualquier oficial que detenga a alguien sin criterio oficial o que cometa una detención y registro sin la preparación adecuada.