El embajador Dani Dayan desafía los moldes permanentemente. Un ex ejecutivo que se volvió diplomático, Dayan tiene una historia personal interesante que lo valida como representante de los latinos en el mundo entero. 

Nacido en Buenos Aires, Argentina, Dayan se mudó a Israel cuando tenía 15 años de edad, y después de haber hecho una carrera exitosa en el área de las tecnologías de la información, se convirtió en embajador de Israel en Estados Unidos, cuya oficina presta servicios a la comunidad israelí de Nueva York, Pensilvania, Nueva Jersey, Delaware y Ohio. 

En entrevista exclusiva con AL DIA News, el embajador Dayan habla sobre la relación de Israel con las comunidades latinas de Estados Unidos y en el mundo.

Siempre he sentido que nosotros (como pueblo judío) tenemos una especie de deuda moral con Latinoamérica y sus ciudadanos. Cuando Naciones Unidas emitió la resolución que creaba el Estado Judío en 1947, esa resolución no se hubiera podido adoptar sin el decidido apoyo de los países latinoamericanos. Nunca hemos olvidado el hecho de que Latinoamérica recibió con los brazos abiertos a nuestras comunidades antes y después del Holocausto. (En ese sentido), no podemos desconocer la importancia de las comunidades hispanas en EEUU, menos teniendo en cuenta su crecimiento en tamaño e influencia en el escenario electoral y político.

Creo que en cierto sentido la comunidad latina de este país [...] ha participado casi exclusivamente en asuntos que la afectan directamente: asuntos de inmigración, asuntos de salud. Creo que para que la comunidad latina pueda cumplir su verdadero potencial de liderazgo, tiene que estar involucrada en todos los aspectos de la vida estadounidense, incluyendo, por ejemplo, las relaciones exteriores, no sólo con América Latina, sino con el mundo.

Israel es el único país que desde los días de su creación tiene un ministerio en temas migratorios cuya misión es facilitar la incorporación de inmigrantes en nuestra sociedad. Así que, por lo tanto, tenemos mucha experiencia en campos como el aprendizaje del idioma en edad adulta o encontrar empleo en un entorno diferente del que vienes. Estamos dispuestos a compartir nuestro know-how (en esta materia) con EE.UU..

Hasta agosto de 2016 tuvimos un consulado en Filadelfia. Por razones presupuestarias, nos vimos obligados a cerrarlo. Luego, Nueva York recibió la responsabilidad sobre Pensilvania. Nuestro consulado allá es mucho más grande que el consulado que teníamos aquí, y muchos miembros de mi personal vienen con mucha frecuencia (a prestar servicios consulares). Filadelfia tiene mucha importancia económica porque tenemos muchas compañías israelíes establecidas..

Yo emigré a Israel cuando tenía 15 años, una edad en que la migración puede ser difícil porque es la etapa cuando desarrollas lazos afectivos y sociales muy fuertes. (Sin embargo), soy un firme creyente en la centralidad de Israel en la vida del pueblo judío y yo quería ser un protagonista de esa emocionante aventura que es el Estado de Israel. Pero sí, los israelíes en general entendemos lo que significa ser una sociedad de inmigración. Permítanme recordarles que Israel, después de de ser creada, triplicó su población en apenas 5 ó 6 años por la inmigración que vino de otros países Por eso para Israel la inmigración es una forma de vida; tenemos mucho que compartir con el mundo en ese sentido.

Tenemos que conocer a los líderes de la comunidad. Después de todo, somos una embajada - un consulado - no tenemos los medios e incluso la posibilidad de llegar a cada ciudadano, pero tenemos el interés de tejer relaciones con la comunidad. Ya hemos tenido éxito en llegar a los corazones de la comunidad latina en Nueva York, y seguiremos trabajando para lograr lo mismo en Filadelfia, Cleveland, Pittsburgh y otras regiones.