El lunes 7 de marzo, la comisaria de policía de Filadelfia, Danielle Outlaw, anunció que el agente que disparó mortalmente a Thomas "TJ" Siderio Jr. la semana pasada será despedido. 

El agente, al que Outlaw aún no ha identificado, disparó a Siderio el 1 de marzo, mientras el niño huía, una bala impactó en la parte superior derecha de la espalda, y esta salió por la parte delantera izquierda del pecho. 

Outlaw dijo que el agente será despedido por violar las directivas de "Uso de la Fuerza" del departamento, incluyendo el uso de fuerza excesiva en el disparo a Siderio. 

"Todo uso de la fuerza tiene que ser proporcional a la resistencia que se intenta vencer. También les diré que nuestra política establece que no se tolerará el uso excesivo de la fuerza. Esa es la esencia de lo que estamos hablando", dijo Outlaw. 

El agente será suspendido durante 30 días con la intención de ser destituido, el proceso estándar por el que los agentes son apartados del cuerpo. 

Esta actualización se produjo una semana después de que Siderio fuera asesinado por los agentes cerca de las calles 18 y Bárbara, en el sur de Filadelfia. La policía dijo que cuatro agentes estaban en un coche sin marcas alrededor de las 7:20 p.m. del 1 de marzo, vigilando la zona después de ver una publicación en las redes sociales que sugería que un adolescente había estado llevando un arma. 

Según la policía, Siderio estaba con un amigo de 17 años cuando cuatro agentes en un vehículo sin marcas se acercaron a ellos. 

Los agentes dijeron que habían oído disparos; una ventanilla trasera se rompió en su coche. Dos agentes persiguieron al joven de 12 años, que según la policía llevaba una pistola semiautomática de 9 mm, y le dispararon mortalmente por la espalda.

Hay versiones contradictorias sobre el momento en que los agentes se identificaron, sobre si Siderio había arrojado o no el arma antes de que abrieran fuego.

El viernes 4 de marzo, el padre del niño, Thomas Siderio Sr., inició una demanda contra los cuatro agentes presentando una orden de comparecencia, que aún no incluye una denuncia. 

"La familia está destrozada por esto. Y habla de lo mucho que se necesita reformar y supervisar el Departamento de Policía y de cómo ahora está devastado", dijo J. Conor Corcoran, un abogado de derechos civiles que representa a la familia.