El Papa Francisco, las fake news y el poder desmedido de las redes
El catolicismo celebra este viernes la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. ¿Qué dijo el Sumo Pontífice sobre la situación del sujeto en el mundo?
El papa Francisco denunció una época marcada "por la desinformación y la polarización", con pocos centros de poder que controlan un número de datos e informaciones sin precedentes. Eso es lo que están pensando el máximo jerarca de la iglesia católica sobre el papel de las redes sociales en el mundo actual.
En un mensaje publicado con ocasión de la 59ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, lamentó que la comunicación despierte "miedo y desesperación, prejuicio y rencor, fanatismo e incluso odio", y criticó los algoritmos que "modifican nuestra percepción de la realidad".
"Muchas veces se simplifica la realidad para suscitar reacciones instintivas; se usa la palabra como un puñal; se utiliza incluso informaciones falsas o deformadas hábilmente para lanzar mensajes destinados a incitar los ánimos, a provocar, a herir", insistió.
Las declaraciones del papa coinciden con la polémica que hay con X, la red social propiedad del multimillonario Elon Musk, en Europa. Allí se le acusa de expandir informaciones falsas y manipular el debate público. Varias instituciones, colectividades y personalidades anunciaron en las últimas semanas que dejaban la red social o que interrumpían la actividad en sus cuentas.
Meta, casa matriz de Facebook e Instagram, propiedad de Mark Zuckerberg, también generó preocupación a principios de enero, al poner fin a su programa de verificación de datos en Estados Unidos, que reemplazará por un sistema de notas de contexto parecido al que utiliza X.
En un discurso en el que citó a Martin Luther King, el sumo pontífice destacó: "Existe también otro fenómeno preocupante, que podríamos definir como la 'dispersión programada de la atención' a través de los sistemas digitales, que, al perfilarnos según las lógicas del mercado, modifican nuestra percepción de la realidad".
El 9 de enero, el papa ya había criticado una era de "noticias falsas" y también advirtió de las derivas de la inteligencia artificial, que a veces se utiliza, según él, para "manipular conciencias".
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Esta reflexión del Papa Francisco plantea la tensión fundamental que existe hoy entre la libertad de expresión y la proliferación de informaciones falsas. La verificación de hechos, actividad central del periodismo, es un recurso indispensable para las sociedades, ya que permite mantener un debate informado. La capacidad de disentir no debe anular la importancia de contrastar y comprobar información. Este principio es esencial para evitar la propagación de contenidos que distorsionen la realidad.
Occidente se ha desarrollado sobre la base de una cultura de la verificación, en la que el acceso a la verdad implica procesos rigurosos de investigación y corroboración. Este pilar enfrenta un desafío particular en el contexto digital, donde la rapidez y el alcance global de las plataformas facilitan sí que todos tengan una opinión, pero que pocos tengan la razón. La construcción de verdades es un proceso que demanda tiempo y fue clave para preservar la cohesión social y garantizar la transparencia antes de la disrupción digital. Ahora todo ese estatus quo está en tela de juicio.
De otra parte, los propietarios de las redes sociales son empresarios que equilibran el objetivo de maximizar beneficios con el compromiso de proteger la libertad de expresión y promover la verificación de información. El conflicto entre la rentabilidad y la responsabilidad social puede generar situaciones en las que las decisiones comerciales impactan directamente en la calidad del debate público. Ejemplos recientes, como el fin de los programas de verificación en plataformas clave, subrayan la necesidad de regulaciones que equilibren estos intereses.
El mensaje del papa Francisco resalta una preocupación compartida por diversos sectores de la sociedad. La forma en que la información se produce, distribuye y consume tiene implicaciones profundas en la percepción de la realidad y en la calidad de la participación ciudadana. La combinación de avances tecnológicos y la concentración de poder en pocas manos exige un esfuerzo conjunto para preservar los principios fundamentales de la comunicación.
La Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre el futuro del periodismo, la tecnología y la información. Los retos que plantea el entorno digital requieren soluciones que protejan tanto la libertad de expresión como el derecho a una información veraz. En este sentido, la denuncia del papa Francisco actúa como un recordatorio de que el equilibrio entre estos principios es esencial para el fortalecimiento de las democracias modernas.
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