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Anthony Rosado, the senior vice president at Wells Fargo Bank, the fourth largest in the country. Photo: Emily Neil/AL DÍA News
Anthony Rosado, vicepresidente senior de Wells Fargo Bank, el cuarto más grande del país. Foto: Emily Neil/AL DÍA News

Anthony Rosado: la banca en el éxito

Como vicepresidente senior de Wells Fargo Bank, Anthony Rosado lidera una de las entidades financieras con mayor presencia física en la nación, pero no olvida…

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Anthony Rosado todavía recuerda su primer contacto con el anteriormente conocido como First Pennsylvania Bank de la 6th & Erie, en North Philadelphia. Fue a principios de los 80 junto a su abuelo, quien había abierto una cuenta de ahorros a su nombre, y, cada vez que el joven Rosado recibía cualquier cantidad de dinero, lo acompañaba al banco para realizar el depósito.

Avancemos 30 años: hoy Rosado lidera esa misma sucursal como vicepresidente senior de Wells Fargo Bank, el banco con mayor presencia física en la nación.

En su puesto actual, Rosado es el encargado de proporcionar liderazgo ejecutivo a un pequeño equipo de gerentes de distrito y a un gran grupo de miembros de equipo en las muchas sucursales existentes en la región de Filadelfia.

Podría decirse que la vida de Rosado ha dado un giro completo, pero si hay un motivo por el que decidió enfocar su carrera hacia el sector de la banca fue la mentoría, especialmente la de su tío y su abuelo.

Rosado, nacido y criado en Hunting Park, en el norte de Filadelfia, se dio cuenta mientras crecía de que muchas de las personas de su comunidad no salían de North Philly.

"Fui uno de ellos cuando era niño, nunca salí de la frontera", aseguró durante una entrevista con AL DÍA. "Un par de mentores en mi vida me ayudaron, diría que ‘me salvaron’, al mostrarme que había otras oportunidades".

Rosado acudió a un campamento predominantemente judío, donde hizo amistad con muchos niños de otros barrios de la ciudad. Estar expuesto a diferentes tipos de personas y establecer relaciones importantes a una edad temprana, no solo fue determinante para darse cuenta de la variedad de oportunidades que existían, también le mostró diferentes caminos hacia el éxito.

"Aprendí a través de la mentoría, no hay ningún secreto para hacerlo bien", confiesa. "Es encontrar a alguien que sea bueno en algo y seguir sus pasos“.

Así es como Rosado entró en el mundo de la banca.

Recuerda que, mientras trabajaba en un restaurante durante su adolescencia, inició una conversación con uno de sus clientes, que en ese momento trabajaba en Morgan Stanley.

“Tenía un buen reloj, llevaba un bonito traje. Siempre supe que algún día quería llevar traje”, cuenta Rosado.

Este hombre pronto pasó de ser un cliente más a convertirse en un mentor para Rosado, que comenzó a trabajar para él, participando en llamadas y organizando seminarios de inversión, antes de dedicarse al marketing.

Cuando el mentor de Rosado dejó Morgan Stanley por el anteriormente conocido como Wachovia Bank, él permaneció en su trabajo hasta que la compañía se hundió. Sin embargo, la buena relación entre ellos llevó a Rosado a solicitar trabajo allí, donde fue contratado en 2003. Desde entonces no se ha movido de Wells Fargo.

Un nativo de Hunting Park con dos procedencias

Rosado es de ascendencia puertorriqueña e italiana. Su madre emigró a Hunting Park desde Italia en 1969, cuando el barrio era predominantemente italiano. Su padre, nacido en Puerto Rico, se instaló en Spring Garden, para posteriormente mudarse a Hunting Park poco después de que su madre llegara, convirtiéndose en una de las primeras familias puertorriqueñas en mudarse a esta zona de la ciudad.

Cuando Rosado nació, en 1977, ya se había producido el cambio demográfico y Hunting Park era el barrio predominantemente puertorriqueño que es a día de hoy.

Crecer en una zona en la que la mayoría de la población es hispana significó que Rosado vivió estrechamente esta cultura. Cuando era joven, su padre se mudó al Bronx y luego a Brooklyn, antes de regresar a su ciudad natal de Vega Alta, en Puerto Rico.

“De niño pasaba los veranos en Vega Alta con mi padre, de visita. Así aprendí a hablar y a entender el español a nivel de conversación“, cuenta Rosado.

Sin embargo, poseer herencia puertorriqueña e italiana presentó algunos desafíos.

"La familia de mi padre era la que vivía en ese vecindario [de Hunting Park], así que esa es la familia con la que crecí", explica Rosado.

"Sin embargo, cuando iba a Puerto Rico, era un gringo de Puerto Rico, y cuando visitaba mi lado italiano de la familia, yo era el puertorriqueño".

Una dinámica que, en muchas ocasiones, le hacía sentir como si no encajara en su propia herencia.

"Aún hoy, cuando estoy en cada una de esas culturas, realmente nunca encajo en una de ellas, soy parte de todas, pero no soy una de ellas", asegura.

Cuando visita Hunting Park, Rosado nota que hay cosas que han cambiado.

"Veo dos ciudades”, destaca sobre el vecindario actual. “Cuando crecía era un vecindario difícil, muy empobrecido".

Visitar a su abuela en un barrio que era el "epicentro de las drogas de Filadelfia", según sus propias palabras, hizo que los problemas a los que se enfrentaba el vecindario –y que reconoce continúa enfrentando– se volvieran todavía  más reales para él.

"En muchos sentidos, se ha desintegrado desde entonces con la falta de vivienda –se necesitan muchos elementos para que haya éxito: salud, educación y vivienda–“, reconoce Rosado.

Aunque estos problemas siguen estando muy presente en el vecindario, Rosado no olvida elogiar el desarrollo que se está llevando a cabo en el área. En este sentido, destaca el trabajo que Esperanza realiza para proporcionar viviendas y oportunidades de educación a sus residentes.

Como gran partidario de Esperanza, la fundación regional Wells Fargo ha ayudado a construir instalaciones para que los latinos y otras comunidades subrepresentadas puedan acceder al apoyo que necesitan para invertir en su vecindario y contribuir a mejorar el área.

"Los recursos están ahí para que eso suceda y eso no existía cuando yo crecía“, asegura Rosado.

La educación financiera es la clave
Es cierto que, en el día a día, el dinero es necesario para sobrevivir y salir adelante; pero para Rosado, el dinero no vale nada a menos que la persona que lo posee sepa cómo ahorrarlo.

Cuando el abuelo de Rosado trabajaba en Budd Company, en Hunting Park, no ganaba mucho dinero y por ello aceptaba trabajos extra, como la reparación de techos durante los fines de semana, en la que el joven Rosado solía ayudarle.

Poco a poco, consiguió ahorrar lo suficiente para comenzar a comprar apartamentos en el noreste –su propio nieto le alquiló uno de ellos cuando tan solo tenía 17 años–. Una experiencia que a Rosado le sirvió para aprender el verdadero valor del ahorro, y es este aspecto en el que trabaja para ayudar a otros a comprender, mediante su trabajo en la comunidad y en la gran cantidad de juntas de las que es miembro.

“Para mí, el dinero significa ahorrar e invertir. La educación financiera es importante”, asegura Rosado, que como buen profesional bancario está motivado para educar a la gente en el aspecto financiero y sobre el poder del dinero.

“Realmente se trata de entender qué es el dinero, cómo usarlo, cómo ahorrarlo, cómo multiplicarlo a través de la inversión y la compra de activos, y no creando pasivos", explica.

Así, a través de su programa Hands On Banking, Rosado se ha comprometido a ayudar a los jóvenes de toda la ciudad a adquirir conocimientos financieros.

Emprendimiento latino, un motor económico

Según la Oficina del Censo de los Estados Unidos, el número de empresas de propiedad de latinos aumentó un 46 por ciento entre los años 2007 y 2012, mientras la cantidad de empresas de Estados Unidos disminuía.

El crecimiento en el número de empresarios latinos se produce, a menudo, debido a las circunstancias.

“Me he dado cuenta de que a veces no es una opción ser empresario, por lo general sucede por defecto", apunta Rosado.

“Normalmente, el perfil es el de un trabajador que creció de manera muy modesta, que a veces no siguió adelante con su educación, incluso en la escuela secundaria o a nivel de pregrado. Y entonces, ¿qué vas a hacer para apoyar a tu familia? No consigues trabajo en una corporación debido a la falta de educación y habilidades. Entonces, casi te ves obligado a iniciar un negocio propio", explica .

Lo cierto es que la idea de lanzarse a levantar un negocio con el que poder proveer a su familia suele estar relacionada con la falta de expectativa de crecimiento mediante una estrategia a largo plazo; y entonces se convierte en una cuestión de confianza en las instituciones.

"Los únicos dos ingredientes que se necesitan son la tolerancia al riesgo y una dura ética de trabajo. Todos los empresarios tienen eso en común“, asegura Rosado.

"Realmente se trata tan solo de ayudarles a crear un plan, encontrar a los que están motivados para hacerlo, identificar quiénes son y, luego, asegurarse de que estamos aprovechando los recursos de los que todos los demás que se están beneficiando".

“Tengo la fortuna de trabajar para una compañía que invierte y devuelve a la comunidad, pero se trata de desafiar a las compañías más grandes para que también inviertan en su comunidad, para usar esos recursos gratuitos y ponerlos al servicio de nuestros empresarios hispanos para ayudarlos a crecer”.

Compartiendo la riqueza del conocimiento

Como todo un veterano en la junta directiva de la Cámara de Comercio Hispana de Filadelfia, Rosado siempre tiene presente la responsabilidad.

Sus años de experiencia le han hecho ver que la gente comienza desde abajo, consigue un contrato y luego no regresa. Él ha sido testigo de cómo muchas personas empezaron en un entorno similar y al crecer y encontrar éxito en su negocio o compañía nunca regresaron al área en el que se criaron.

No sorprende que, con el importante papel que la mentora ha tenido en su vida, Rosado ahora esté centrado en servir como mentor.

Así, cuando fue ascendido a su primer puesto de liderazgo en Wells Fargo, en 2007, lo que consiguió fue una oportunidad de hacer lo que más le gustaba.

"La única razón por la que quise ese trabajo es porque antes fui mentor y ayudar a las personas a alcanzar sus metas me proporcionó una gran satisfacción, realmente quería marcar la diferencia".

Rosado asegura que la pregunta que hace a diario es: "¿Cómo puedo agregar valor?”.

"Cuando me concentro en agregar valor soy la mejor versión de mí mismo”, confiesa, al tiempo que señala que ayudar a crear un equipo comprometido se traduce en un mejor servicio al cliente, lo que a su vez ayuda a la compañía a crecer.

Rosado ha tenido numerosas oportunidades de mudarse a lo largo de los años, pero como la cultura de Wells Fargo coincide con sus valores y pasión, no ve una razón de peso para abandonar la empresa o la ciudad.

"Crecí en Filadelfia, trabajo en Filadelfia y veo a Filadelfia como una ciudad que va a prosperar en el futuro", asegura Rosado. “Con todo el trabajo duro, la sangre, el sudor y las lágrimas que he puesto en esta ciudad, quiero estar aquí para vivir esa prosperidad".