El presidente de Francia, Emmanuel Macron, es el anfritrion de la Cumbre de Acción para la IA. Aquí, durante uno de los eventos inaugurales del encuentro. (Photo by Ludovic MARIN / AFP)
El presidente francés, Emmanuel Macron, durante la presentación de la obra de arte relacionada con la IA "Agoria", del productor de música electrónica y artista digital Johan Lescure. (Fotografía de Ludovic MARIN / AFP)

¿Hasta dónde llegarán las brechas de IA?

Se celebra en París una cumbre sobre IA y dos cosas ya son claras: hay mucho dinero para seguir desarrollándola y muchos riesgos en el panorama.

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La inteligencia artificial (IA) ya está aquí y en apenas dos años, desde la disrupción de ChatGPT, ya está redefiniendo la economía, la política y la sociedad. Y todo a una velocidad vertiginosa. En la versión 2023 del Foro de Davos, Satia Nadella puso las coordenadas del tema de una manera clara: "Yo diría que todavía estamos esperando a que la revolución industrial llegue a algunas grandes partes del mundo, e Internet quizá tardó 30 años, y la nube y los móviles tardaron 15 años. Ahora (con la IA) estamos hablando de meses".

Ese es uno de los llamados de urgencia que ha aparecido ahora en la Cumbre Mundial sobre IA en París, donde líderes políticos y ejecutivos de las grandes compañías tech debaten los retos y oportunidades de esta tecnología. Dos realidades emergen con claridad: la IA atraerá inversiones millonarias y, al mismo tiempo, generará nuevas desigualdades y desafíos globales por su rápida implementación y despliegue.

Más dinero en inversiones

La primera en hacer anuncios fue la nación anfitriona: Francia puso sobre la mesa 109.000 millones de euros en inversiones para fortalecer su sector de IA, con el respaldo de fondos de Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos y Canadá. Es una inversión considerable y la hará toda una nación; pero también las compañías hicieron sus anuncios: 100.000 millones de dólares destinará Amazon solo en 2025 para la nube y la IA y Google pondrá 75.000 millones de dólares en el mismo periodo y para los mismos fines.

Mientras Europa intenta consolidar su posición, China avanza con sus propias estrategias. La startup DeepSeek ha desarrollado un modelo de IA con una inversión inicial de apenas 5 millones de dólares, que además consume menos energía que sus competidores. Este tipo de innovaciones subraya la desigualdad en el acceso a recursos para el desarrollo de IA y pone el acento en la creatividad para superar los desafíos.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha llamado a una "reacción europea" y anunciado una estrategia similar a la utilizada en la reconstrucción de Notre Dame para acelerar proyectos de IA. La urgencia de estas medidas responde al temor de que Europa quede rezagada frente a EE.UU. y China en esta carrera tecnológica.

Pero no fue el único que encendió las alarmas: si bien la IA promete eficiencia y crecimiento económico, también plantea riesgos para el mercado laboral. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que la automatización afectará desproporcionadamente a las mujeres, dado que muchas de las tareas susceptibles de ser reemplazadas por IA se concentran en sectores donde ellas son mayoría, como la atención al cliente y la administración.

Según la OIT, aproximadamente 75 millones de empleos podrían verse afectados por la IA, lo que aumentaría la brecha de género en el empleo. El problema no es solo la pérdida de puestos de trabajo, sino que los nuevos empleos creados podrían ser "menos bien remunerados y menos bien protegidos". La solución, según expertos en la cumbre, pasa por fortalecer los sistemas de protección social y fomentar la capacitación en habilidades digitales.

"No es la IA la que nos quitará el empleo, sino la falta de preparación para desarrollar nuevas habilidades en este contexto", sentenció Gilbert Houngbo, director general de la OIT.

La amenaza de la desinformación

La IA también está transformando la forma en que se produce y consume la información, con consecuencias alarmantes para la democracia. Los deepfakes y chatbots generativos han facilitado la difusión de noticias falsas y la manipulación de la opinión pública. Ejemplos recientes incluyen grabaciones falsas en Eslovaquia que influyeron en elecciones y mensajes fraudulentos atribuidos a figuras políticas, como el expresidente Joe Biden.

Las mujeres han sido víctimas de otra tendencia preocupante: deepfakes pornográficos que afectan a políticas y celebridades. Organizaciones como el American Sunlight Project han advertido que cualquier mujer podría ser blanco de estas prácticas, lo que subraya la necesidad de regulaciones más estrictas y educación mediática para combatir la desinformación.

Uno de los objetivos centrales de la cumbre es definir un marco global para la gobernanza de la IA. Sin embargo, las diferencias entre las prioridades de EE.UU., China, India y la Unión Europea dificultan la creación de un consenso.

Para abordar estos retos, algunos actores buscan un enfoque más inclusivo. Un grupo de países, empresas y organizaciones filantrópicas anunció la creación de Current AI, con una inversión inicial de 400 millones de dólares, con el objetivo de fomentar un desarrollo de IA centrado en el interés público. Esta iniciativa espera recaudar hasta 2.500 millones de dólares para proporcionar herramientas de código abierto y evaluar el impacto social y ambiental de la IA.

Pese a las preocupaciones, los líderes del sector tecnológico ven la IA como una herramienta que potenciará el ingenio humano. Sundar Pichai, CEO de Google, destacó en su discurso que "todavía estamos en los primeros días del cambio de paradigma de la IA, y ya sabemos que será el más grande de nuestras vidas". Desde su perspectiva, la IA tiene el potencial de mejorar la ciencia, la salud y la educación, y puede ser un factor democratizador si se gestiona adecuadamente.

Por su parte, Demis Hassabis, el jefe del laboratorio de investigación de IA DeepMind de Google, también destacó el potencial de la tecnología en un evento el domingo en las oficinas de Google en París.

"Ciencia de materiales, matemáticas, fusión... no hay prácticamente ninguna área de la ciencia que no se beneficie de estas herramientas de IA," dijo el laureado con el Premio Nobel de Química.

A medida que la IA avanza, la cuestión central sigue siendo hasta dónde llegarán sus brechas. La desigualdad en el acceso a la tecnología, el impacto en el empleo, la desinformación y la falta de regulaciones claras son retos urgentes. La cumbre de París ha evidenciado que el dinero seguirá fluyendo hacia la IA, pero también que es imperativo establecer reglas para mitigar sus riesgos.

El desarrollo de la IA no se detendrá. La pregunta es si las sociedades y los gobiernos podrán adaptarse lo suficientemente rápido para que esta revolución tecnológica beneficie a todos y no amplíe las desigualdades existentes. La respuesta, como se discute en París, aún está por escribirse. Y no debemos preguntarle a la IA cómo hacerlo.

 

Con información de AFP.

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