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La nueva serie televisiva de Sasha Baron Cohen pone sobre la mesa lo peor de la realidad estadounidense.
La nueva serie televisiva de Sasha Baron Cohen pone sobre la mesa lo peor de la realidad estadounidense.

¿No has visto “Who is America” de Sacha Baron Cohen? Quizás deberías

El actor, comediante y productor británico Sacha Baron Cohen, mejor conocido por sus irreverentes papeles como Ali G y Borat Sagdiyev, ha lanzado su nueva…

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Nunca el humor había dolido tanto.

Durante el pasado mes de julio, el actor y productor británico, Sacha Baron Cohen, lanzó su nueva serie televisiva a través de la plataforma Showtime, donde pretende responder la pregunta que nos hacemos todos: ¿En qué se ha convertido Estados Unidos?

Según reportó Deadline, la serie de Baron Cohen consistirá en 7 episodios – 3 de los cuales ya han sido lanzados – para “explorar las diversas personas, desde las infames hasta las desconocidas en todo el espectro político y cultural, que pueblan nuestra particular nación”.

Para el Director Ejecutivo de Showtime, David Nevins, la nueva propuesta del comediante demuestra su “audacia, valentía y creatividad”.

“Es el principal provocador de nuestro tiempo”, aseguró Nevins, “pero no por momentos gotcha. Detrás de la configuración elaborada hay una búsqueda genuina de la verdad sobre las personas, los lugares y la política. Nadie sabe cómo causar revuelo como Sacha Baron Cohen, y va a ser fascinante ver lo que sucede cuando ‘Who is America’ sea lanzado al mundo”.

Con cuatro personajes – que el mismo Baron Cohen interpreta – esta serie pone sobre la mesa las posturas más radicalizadas en el país en estos momentos, y que fácilmente resumen los polos ideológicos que se han distanciado durante los últimos meses.

Uno de ellos es el Dr. Nira Cain-N’Degeocello, un académico obsesionado con la inclusión y la aceptación de hasta “los 24 géneros” que existen, quien se considera un activista Demócrata y Liberal, y que busca “unir a un país dividido”.

Nira entremezcla de manera caótica los derechos femeninos, la intersexualidad, las diferencias raciales y la obsesión por la corrección política, todo detrás de una disimulada franela de National Public Radio (NPR).

Otro de los personajes es Billy Wayne Ruddick Jr., un teórico conspirativo de la extrema derecha que busca demostrar la existencia de las “Fake News”. De igual forma, Rick Sherman es un ex convicto transformado en artista que casi logra convencer a una galería de que compre sus obras hechas con excrementos, y Gio Monaldo es un fotógrafo de moda italiano, multimillonario, quien produce su propia serie a través de la cual quiere crear consciencia sobre causas caritativas.

Pero quizás el personaje que más impacto tiene hasta el momento es el de Erran Morad, un experto israelí en estrategias anti-terroristas, perteneciente al ejército de Israel y quien cree que la solución para los tiroteos masivos en Estados Unidos es armar a niños entre 3 y 16 años.

Cualquier parecido con los grandes rasgos de la población estadounidense, es mera coincidencia.

Lo que más llama la atención es la capacidad de cada uno de los personajes de sentarse y conversar con representantes políticos importantes del país y desdibujar las fronteras entre la sátira y la realidad.

Desde el primer capítulo, en el que Ruddick entrevista al senador Bernie Sanders, los estereotipos se ven fuertemente marcados – entre el rubio activista de extrema derecha, la familia conservadora, la fascinación de las élites culturales por lo irreverente y la incongruencia de los activistas de la Segunda Enmienda.

Baron Cohen demuestra cómo los prejuicios y los constructos culturales han cerrado el espectro de visión en la sociedad estadounidense al punto de que las diferencias entre israelíes y musulmanes sólo se notan sin son puestas en contexto.

Basta con decir que el representante de Georgia Jason Spencer fue capaz de bajarse los pantalones en un capítulo para demostrar su voluntad para “defender a Estados Unidos”, algo que le llevó a renunciar a su puesto el día siguiente.

No, no es fácil ver Who Is America; el show nos pone incómodos desde el segundo minuto, y es precisamente esa incomodidad el síntoma de que sabemos que algo anda profundamente mal.

La labor de Baron Cohen – como lo fue hace más de diez años su papel en Borat – es restregarnos en la cara una realidad ante la cual seguimos siendo permisivos, aún cuando creemos estar resistiéndola.