El centro de Ciudad de México jamás volverá a ser lo que era, o al menos ciertos lugares en los que las piedras, que tienen mejor memoria que nosotros, cuentan diversas historias estrato tras estrato.

Si no que se lo pregunten a los expertos mexicanos del Programa de Arqueología Urbana, que descubrieron durante las obras de reforma de la Catedral Metropolitana los vestigios de la casa del conquistador español Hernán Cortés, que a su vez estaba edificada sobre el palacio prehispánico de las Casas Viejas de Axayácatl. 

Así lo informó el lunes la Secretaría de Cultura de México, que explicó que el hallazgo se produjo concretamente en el patio principal del Nacional Monte de Piedad, un edificio emblemático de la ciudad que fue posteriormente sede del primer Cabildo de la Nueva España y del Marquesado del Valle de Oaxaca.

Un descubrimiento que para los arqueólogos “no es ningún misterio”, ya que sabían que bajo el Nacional Monte de Piedad se hallaban los cimientos de este Palacio de Axayácatl que fue una vez morada de la comitiva de Cortés a su llegada a Tenochtitlan y donde tuvieron lugar algunos de los episodios “más decisivos de la conquista, como la muerte de del tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, posiblemente, el 29 de junio de 1520”.

Las excavaciones se iniciaron en 2017, cuando se produjo el hallazgo que hoy se sigue investigando. Los expertos tuvieron que excavar no menos de 12 pozos en torno al patio del Nacional Monte de Piedad y allí encontraron un espacio abierto del Palacio de Axayácatl, que dirigió Tenochtitlan hasta 1481 y la casa que posteriormente mandó construir Cortés durante el periodo virreinal temprano, que abarca los siglos XVI y XVII. 

De esa forma, laja tras laja, debajo del piso firme de la casa cortesiana, los arqueólogos pudieron detectar otro piso de basalto prehispánico. Mostrando que la historia está hecha de capas y que lo que yace enterrado tarde o temprano sale a la luz.