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EFE

Ni Messi es profeta en su tierra

La desastrosa participación de Argentina en Rusia 2018 ratificó la imposibilidad de Leo de triunfar con su selección.

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Desde luego que Lionel Messi es el jugador más desequilibrante de todos los que hemos podido ver en los últimos 30 años en el planeta fútbol. Sin embargo, la eficacia del fenomenal astro argentino es rotundamente inferior cuando defiende los colores de su país que cuando se ciñe la camiseta del Barcelona, el club para el que ha jugado prácticamente toda su vida.

Los números no mienten. Mientras Messi ha conquistado con el Barça nueve títulos de Liga, seis Copas del Rey y cuatro Champions League, con Argentina solo ha conseguido una medalla de oro olímpica y un campeonato mundial Sub 20. En el apartado goleador, sobre todo en partidos claves, las cifras son rotundas. Messi ha firmado 100 goles con el Barcelona en la Champions League en 125 partidos (0.8 por encuentro) y con la selección albiceleste no ha sido capaz de marcar un solo tanto en los nueve encuentros de la fase decisiva que ha disputado Argentina en las cuatro Copas del Mundo en las que ha jugado.

El debate sobre los motivos de esta situación es muy amplio. Algunos aducen que los compañeros que lo rodean en el Barça son superiores a los que corren a su lado en la selección sudamericana. Puede ser cierto que ahora Ivan Rakitic o Luis Suárez estén por encima de futbolistas como Ángel Di María o Éver Banega. Pero la diferencia no es tan abismal. Como tampoco lo era cuando los escuderos de Messi en el Barcelona eran Xavi Hernández y Andrés Iniesta y en la selección de su país tenía delante a grandes goleadores como Gonzalo Higuaín o Carlos Tévez.

En el 2000, con tan solo 13 años, el genio argentino estuvo muy cerca de fichar por el River Plate. Sin embargo, la contratación no se concretó. El club de la franja no confiaba en que el menudo chico acabara creciendo con la fortaleza suficiente para triunfar en el soccer de alto nivel. Así, humildemente, Messi se presentó en Barcelona, donde el equipo azulgrana se ofreció a probarlo en un partido de la categoría Infantil. Desde el primer día Leo destapó el tarro de las esencias. Marcó seis goles y terminó firmando un compromiso para jugar con el Barça en una servilleta.

La labor que vino después fue fundamental. El Barça supo darle a Messi seguridad y promover su desarrollo tanto deportivo como humano, sacando lo mejor dentro y fuera del campo de un talento introvertido.

“Leo era muy bajito y casi no hablaba”, explica el defensa internacional español Gerard Piqué, quien coincidió con él en el fútbol de desarrollo del Barcelona. “¡Nadie podía imaginar la que iba a organizar!”

En 2004, con 17 años recién cumplidos, Messi debutó con el primer equipo del FC Barcelona en partido oficial. Desde ese momento, ha cosechado los mayores éxitos conseguidos por un jugador en la historia de un club legendario como el Barça, del que ostenta todos los récords goleadores a nivel individual.

El argentino se ha establecido en Cataluña, formando una familia junto a su mujer, Antonella Rocuzzo, con la que ha tenido tres hijos, Thiago, Mateo y Ciro. La estabilidad y confianza que ha conseguido el astro en Barcelona es envidiable y explica el porqué de sus éxitos con el equipo de la Ciudad Condal. Otra cualidad que el Barça ha ofrecido a Messi es la tranquilidad, algo que jamás ha tenido al saltar al campo vistiendo la camiseta de Argentina, donde todo han sido nervios, a la espera de una respuesta inmediata.

Hay veces que entre los genios las diferencias entre buenas y grandes actuaciones están directamente relacionadas con el entorno que les rodea, el cual les da la serenidad para responder mejor que nadie en las grandes justas deportivas. No cabe duda que este es el caso de Messi, un hombre que ha acabado convirtiéndose en el mejor jugador del mundo fuera del país que le vio nacer.