Hace más de 50 años Minerva Mirabal amenazaba con “sacar los brazos de la tumba” y “ser más fuerte” ante la inminente amenaza del régimen de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana.

Pocas personas saben que éste es uno de los orígenes de la batalla contra la violencia de género.

El cuerpo de Minerva – junto con el de sus dos hermanas – apareció el 25 de noviembre de 1960 destrozado en el interior de un vehículo, al fondo de un barranco, y su apellido se ha convertido en “símbolo mundial de la lucha de la mujer”, como bien recuerda la BBC.

El 25 de noviembre fue declarado por la ONU como el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer, recordando la lucha de aquella mujer, abogada y activista, quien no sólo fue de las primeras en obtener el título de Doctor en Derecho durante la dictadura, sino que encabezó el Movimiento Revolucionario 14 de Junio.

Muchos creerían que fue su firme militancia contra el régimen de Trujillo o su activismo por la libertad lo que habría decantado en su asesinato, pero lo que realmente sucedió fue que el dictador se obsesionó con la joven y el rechazo de la misma fue demasiado para el hombre “más poderoso de la isla”.

Desde entonces toda la familia Mirabal se vio sometida al más riguroso espionaje que culminó en el aprisionamiento de varios de ellos por la relación de Minerva con el movimiento del disidente comunista Pericles Franco.

La muerte de su padre tras su encarcelamiento y la fuerte represión ordenada por Trujillo no fueron suficientes para doblegar el espíritu de las hermanas Mirabal; por el contrario, se dedicaron a la militancia y oposición que las condujo a la muerte.

“Las Mariposas” – como eran conocidas las hermanas Mirabal – se transformaron entonces en un símbolo de lucha. La directora del Museo Memoria de la Resistencia Dominicana, Luisa de Peña Díaz, explicó a la BBC que “secuestrar a tres mujeres, matarlas a palos y tirarlas por un barranco” había sido la “gota que derramó el vaso”.

Desde 1981, el 25 de noviembre se convirtió en el día que marca la lucha de las mujeres contra la violencia, después de que se celebrara el primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe en Bogotá, Colombia.

Según explica el portal de las Naciones Unidas, en la actualidad la violencia contra las mujeres y las niñas “es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo”.

Este tipo de violencia es “la forma más extrema de discriminación”, y según el informe de la organización – consultando 87 países y con datos recolectados entre el 2005 y el 2016 – el 19% de las mujeres entre 15 y 49 años de edad han experimentado violencia física o sexual (o ambas) en manos de su pareja en los 12 meses anteriores a ser preguntadas sobre el asunto.

Asimismo, en 2012 casi la mitad de las mujeres víctimas de un homicidio intencional en todo el mundo “fueron asesinadas por su pareja o un familiar”, en comparación con el 6% de los varones.

Otro de los rasgos más importantes de la violencia contra la mujer es la “ablación” o práctica tradicional que implica la mutilación femenina. Si bien desde el año 2000 esta práctica ha disminuido en un 24%, la prevalencia “sigue siendo elevada” en 30 países donde “más de 1 de cada 3 niñas en edades comprendidas entre los 15 y los 19 años” habrían sido mutiladas.

Y la violencia no es sólo física. Apenas la mitad de las mujeres entre 15 y 49 años (un 52%) que están casadas o viven en pareja toman sus propias decisiones en materia de relaciones sexuales consentidas – incluyendo el uso de anticonceptivos o el derecho a acceder a los servicios de salud.

Estos datos han sido confirmados por el Informe Violencia contra la mujer en América Latina y el Caribe de la Organización Panamericana de la Salud, que refleja que entre el 17 y el 53% de las mujeres entrevistadas reportaron haber sufrido violencia física o sexual por parte de sus parejas. Los datos fueron recabados en entrevistas a más de 180.000 mujeres en 12 países de América Latina y el Caribe.

En Estados Unidos, las cifras no son muy diferentes. De acuerdo a la National Organization for Women (NOW), en el 2005, 1.181 mujeres fueron asesinadas por su pareja, lo que equivale a tres mujeres cada día. En los casos en los que la violencia no culmina con el asesinato, las conductas abusivas en la intimidad son sufridas por aproximadamente 4.8 millones de mujeres al año, de las cuales menos del 20% buscan tratamiento médico después de ser maltratadas, según reportó el National Center for Injury Prevention and Control.

De la misma manera, y de acuerdo al National Crime Victimization Survey, 232.960 mujeres en Estados Unidos fueron violadas o asaltadas sexualmente en el 2006, lo que equivale a más de 600 mujeres por día. Estos datos son inconsistentes considerando la alta tasa de casos en los que las mujeres no reportan los crímenes de los que son víctimas.

Ante el nuevo fenómeno de empoderamiento femenino a nivel mundial – originado por el conocido efecto Weinstein – hablar, denunciar y prevenir los casos de violencia de género no sólo es una urgencia, sino un maremoto social que no tiene vuelta atrás.

Entre las organizaciones locales y nacionales por combatir esta pandemia, las Naciones Unidas invitan a la campaña de ÚNETE, Pinta el Mundo de Naranja, un movimiento de 16 días de activismo contra la violencia de género, originada en 1991 por el Women’s Global Leadership Institute. Este año, la campaña celebrará los 16 días desde el eslogan “Que nadie se quede atrás: Pongamos fin a la violencia contra las mujeres y niñas”. Sólo debes compartir tus fotos, mensajes y vídeos mostrando “cómo vistes el mundo de naranja” a través de Facebook y Twitter con las etiquetas #orangetheworld y #16days.

Frente a la violencia y la impunidad: vístete de naranja y no te quedes atrás.