Por medio de un comunicado difundido este lunes, la ONG resalta que Chile “deberá continuar construyendo el proceso para una nueva constitución y así convertirse en un referente en materia de derechos humanos”.

Lamentaron el rechazo ya que esta era una oportunidad de mejora para las condiciones de vida de las personas en Chile y también avanzar hacia mejores condiciones de vida para las personas en Chile.

Sin embargo, celebraron los esfuerzos que se han dado en el país para tener uno más justo y libre.

La organización recuerda la carta magna actual, la cual fue reformada de manera parcial en democracia, por eso resulta imprescindible cambiarla para poder atender las desigualdades que dominan al país.

“Con los resultados de la votación, la Constitución dictada en tiempos de Augusto Pinochet y que por décadas ha beneficiado a unas personas por sobre otras acentuando las desigualdades y la precariedad, continuará vigente en el país”, señaló.

Si bien la ciudadanía no aprobó la nueva Constitución, si se ha comprobado que los cambios son necesarios para conseguir en Chile un país más justo.

“Quedarse con la Constitución de 1980 implica que aquellos abusos y situación de vulnerabilidad que vive gran parte de la sociedad chilena, y que habrían encontrado respuestas efectivas en la nueva Carta Magna y sus normativas consecuentes, ya no serán posible en corto y mediano plazo”, dijo Rodrigo Bustos, director ejecutivo de Al Chile.

La organización afirmó también que seguirá trabajando para que se avance en un cambio del texto constitucional, para garantizar el compromiso con el país latino en el marco de los derechos humanos.