Clay Studio invita a la comunidad a que le ayude a moldear su futuro
Mediante una serie de talleres y charlas, la organización sin fines de lucro Clay Studio invita a la comunidad a participar y a dar su opinión sobre cómo le…
El huracán Maria borró del mapa la mitad del apartamento de Pablo Laureano en Bayamón, destruyó la mitad de sus pertenencias y se llevó por delante la visión de futuro que tenía para él y su familia,especialmente para su hija pequeña, en la isla. Así que hizo las maletas y se mudó a Filadelfia hace seis meses. Finalmente pudo encontrar un empleo en una empresa de fabricación de puertas en Nueva York, donde se desplaza a diario desde Filadelfia para trabajar.
El jueves de la semana pasada, Laureano participó en el taller “Clay and Conversation” (“Barro y Conversación”), organizado por Clay Studio en el Taller Puertorriqueño, y que lideran los artistas locales Jennie Shanker y Roberto Lugo, y aprovechó para ilustrar un cuenco de arcilla con su visión de futuro -una especie de reclamo de lo que ha perdido durante este periplo.
Laureano explicó a los cerca de 40 participantes del taller que su visión de futuro representaba un regreso a los momentos más alegres de su vida -y, quizás lo más importante, un regreso a la isla, a su país, dijo, que sigue siendo su hogar. En el interior del cuenco había pintado una escena de él y su padrastro pescando juntos, la misma escena que ya esculpió en el taller de la semana pasada, donde a los participantes se les pidió que representaran un recuerdo que les despertara alegría y nostalgia a la vez.
En la cara externa del cuenco, Laureano pintó su mundo actual, en el continente: un mundo compuesto de ciudades densas y edificios altos. Un mundo donde los extremos de riqueza y pobreza coexisten uno al lado del otro, dijo Laureano, donde los empleadores pagan el salario mínimo, mientras ellos ganan el doble o el triple.
La historia de Laureano, expresada a través de una pieza de arte, es una de las muchas historias personales y visiones de comunidad que se comparten en el taller, una muestra del poder que puede llegar a tener un arte como la cerámica, dijo la artista Jennie Shanker, co-instructora de la serie de talleres “Clay y Conversación,” que está financiada por el Pew Center for Arts and Humanities.
“Estamos todos contando estas historias en un espacio en el que nos tocamos el uno al otro, y eso es posible gracias a la posibilidad de tener al alcance un poco de arcilla, de poder trabajar juntos en algo, y eso es algo con mucha fuerza”, dijo Shanker.
Este sentido de la comunidad es también lo que Clay Studio espera conseguir mediante los tres talleres Clay and Conversation que ha organizado hasta ahora. Fundada hace 40 años, esta organización sin fines de lucro abandonará de aquí dos años su vieja sede en el centro antiguo de la ciudad para abrir un nuevo centro de cerámica en el 1425 de North American Street, en South Kensington -y confía en que los miembros de la comunidad de ese vecindario les ayuden a pensar cómo debe ser el nuevo centro y su futura programación.
“Queremos llegar allí mostrando respeto, esperando que los vecinos nos acojan bien y con la seguridad de que una vez abramos nuestras puertas, se sientan bienvenidos, sientan que ellos también son dueños del espacio”, dijo Jennifer Zwilling, curadora de los programas artísticos de Clay Studio.
Además de un plan para animar la programación destinada a adolescentes, Zwilling confía en que podrán trabajar en base a las ideas y comentarios que surjan de las sesiones Clay and Conversation.
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“Estos programas son literalmente los que estamos preguntando a la gente, todavía no estamos seguros de lo que haremos porque queremos preguntar a la comunidad qué es lo que necesita, o qué les gustaría obtener de nosotros”, dijo Zwilling.
Los artistas Jennie Shanker y Roberto Lugo, ambos profesores del Tyler College of Art, son los instructores de los cuatro talleres. Lugo, un artista local nacido en Kensington, de padres puertorriqueños, tiene actualmente una exposición de su obra en el Taller Puertorriqueño, titulada “Boricua, Barrio, Barro”, que puede visitarse hasta el 27 de octubre.
“Creo que es muy importante reconocer a las organizaciones de arte que están acercando el arte a comunidades como la nuestra, comunidades de gente de color, y no solamente a lugares habitados por gente privilegiada”, dijo Lugo a los participantes al terminar el taller. La mayoría de los participantes ya habían asistido a los dos talleres anteriores, explicó Zwilling.
Ana Velez, una vecina veterana del barrio -llegó a Filadelfia de Puerto Rico en 1985-, dijo que los talleres la han ayudado mucho.
“Esta experiencia a mí me sirve de mucho. Estoy enferma de los riñones, [así que] le ayuda a uno a pensar que no está enfermo y que tiene un arte”, dijo Velez, cuyo cuenco, que ella pintó con flores y una pequeña casa, representa su amor por la naturaleza y la importancia de plantar flores y jardines en la comunidad.
Shanker dijo que el barro es un medio muy accesible y potente para la mayoría de las personas.
“No es como darle a alguien una tela en blanco y decirle que pinte un autorretrato, porque lo primero que te diría es: no puedo hacerlo. Esto consiste en poner algo en sus manos y notar que inmediatamente quieren hacer algo, sin importar qué conocimientos técnicos tengan, y que pueden hacer algo. Creo que ese es uno de los aspectos más bonitos del barro”, dijo la artista, convencida de que Clay Studio será capaz de atraer a más gente y lograr un mayor impacto desde su nueva localización, en South Kensington.
El último taller Clay and Conversation tendrá lugar este sábado en el centro islámico Al-Aqsa, en el 1501 de N.Germantown Avenue, de 1 a 5 p.m. Si está interesado en participar, consulte la web de Clay Studio (www.claystudio.org) para más información.
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