La latina que ha creado un pequeño Silicon Valley en una de las ciudades más pobres de California
Tercera generación de migrantes chicanos, Irma Olguin es la fundadora de la tecnológica Bitwise, y está decidida a dar una oportunidad a otros como ella.
Saltar de una clase social a otro sólo es sencillo cuando uno va a peor. Incluso en el “supuesto” país de las oportunidades, parece escrito que origen es igual a destino. Lo que equivale a decir que si naces como Olguin en una familia de migrantes dedicados a la vendimia, viviendo en Caruthers, Fresno, uno de los condados más pobres de California y de mayoría hispana, la brecha social es casi tan grande como una falla.
"Mis padres nos dijeron que si queríamos ir a la universidad, teníamos que hacerlo con nuestros propios medios", le dijo Irma Olguin a BBC Mundo.
Su empecinamiento en tener estudios superiores la llevó a conseguir una beca para estudiar en la Universidad de Toledo, en Ohio. Este golpe del destino -acompañado de su esfuerzo- cambió su vida.
Cuando Irma se graduó en Ciencias de la Computación e Ingeniería, decidió regresar a Fresno, donde más del 20% de la población viven bajo el umbral de la pobreza. "Quería traer las oportunidades del sector tecnológico a mi lugar de origen", dijo.
A unas dos horas del imperio tecnológico por excelencia se encuentra Bitwise Industries, una empresa valorada en 100 millones de dólares y que Irma Olguin creó en 2013 con miras bastante ambiciosas.
Bitwise no sólo se dedica al desarrollo de software y al negocio inmobiliario, sino que además es un centro de formación tecnológica que imparte cursos de emprendimiento, computación, marketing digital… Todo lo necesario para preparar a las nuevas generaciones para los desafíos del futuro. Además, esta pionera de la computación quiso sentar unas buenas bases desde el principio, dando igualdad de oportunidades a las mujeres -que son la mitad de su plantilla en la división de software- y a las minorías étnicas.
Tan bien marcha la empresa que ahora la Zuckerberg hispana ha abierto el espectro y quiere que otros lugares del país que a menudo son olvidados por las grandes compañías vuelvan a estar en el mapa.
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"Hemos encontrado una manera distinta de reconstruir las ciudades estadounidenses utilizando tecnología", explicó la emprendedora.
"Lo que queremos es reconstruir las ciudades que están en desventaja de una manera más justa e inclusiva".
La distribución geográfica de las personas no afecta únicamente a sus posibilidades de prosperar, sino incluso a sus esperanza de vida, dicen los expertos.
El norte siempre ha sido mucho más rico que el sur, y ocurre tanto en continentes, como dentro de un país e incluso en una misma ciudad. Así, por ejemplo, mientras que el noroeste de Estados Unidos, que se extiende desde Maryland hasta Mayne e incluye ciudades como Nueva York y Boston, es la joya de la corona, al igual que ocurre con la costa del Pacífico, nacer en una ciudad como Detroit, un olvidado centro del motor, te granjea automáticamente muchas menos oportunidades educativas, socioeconómicas e incluso mayores problemas de salud -Detroit es el lugar más contaminado de todo el país.
La inutilización de los antiguos feudos industriales puede explicar esta caída en desgracia, pero también el mal reparto de la riqueza. Como si -y esto parece casi una ley matemática-, cuanto menos vales y menos tienes, menos valdrás y tendrás en un futuro. Una bola de nieve.
Sin embargo, iniciativas como la de Irma Olguin están haciendo que se giren las tornas, con una mezcla de inteligencia, coraje, conciencia y, por qué no decirlo, ¡un buen par de ovarios!
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