Desde la primera edición del COP, celebrada en la ciudad de Berlín en 1995, este se ha convertido en un espacio crucial y de inflexión para iniciar las transiciones socioecológicas necesarias para evitar el desastre climático. 

 

Sin embargo, ninguna COP ha cumplido estas expectativas de cambio climático ni ha planteado soluciones a la altura de las circunstancias.

 

Tras la pandemia, los movimientos ecologistas han ido demostrando que la Crisis Ecológica no es un problema temporal, parcial o subjetivo; sino que se trata de una crisis estructural, empírica e histórica.

 

Estas son algunas de las promesas incumplidas que han hecho los gobernantes en la cumbre: 

Han pasado 24 años desde la adopción del Protocolo de Kioto, el primer gran acuerdo mundial que prometía reducir las emisiones de carbono. Desde entonces, el mundo ha albergado cientos de cumbres sobre el clima y las naciones ricas han hablado de forma fiable sobre la ecología; pero las emisiones han seguido aumentando porque ningún dirigente quiere cargar a sus ciudadanos con la enorme etiqueta del precio.

 

En la COP26 Joe Biden fijó el objetivo de crear "un sector energético libre de contaminación por carbono para 2035 y una economía de emisiones netas cero a más tardar en 2050".

Durante la cumbre del clima de París de 2015, la mayoría de los países del G20 prometieron duplicar el gasto en I+D, en innovaciones de energía verde para 2020. Por desgracia, también están incumpliendo esta promesa.

 

Durante la ceremonia de apertura del COP26, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió a la comunidad internacional que se comprometa a recortar las emisiones de CO2 en al menos un 45 por ciento para 2030 para evitar "cavar nuestra propia tumba".

Guterres llamó a acabar con "nuestra adicción a los combustibles fósiles, que está llevando a la humanidad al límite". El secretario general dijo que "el planeta se encamina hacia el desastre" y fallar en la acción contra el cambio climático no es una opción sino "una sentencia de muerte".

En cada cumbre cientos de gobernantes se comprometen, entre muchas otras cosas, a disminuir los porcentajes de deforestación en sus países y en Glasgow no fue la excepción. 

 

Durante la primera semana, el gobierno mexicano afirmó que había entregado su “unión formal al llamado para la declaratoria de bosques y uso de la tierra”.

 

“La declaración es un compromiso de los líderes del mundo para trabajar de manera colectiva, a fin de detener y revertir la pérdida de los bosques y la degradación de la tierra para el año 2030, a la vez de promover un desarrollo sostenible y promover una transformación rural inclusiva”, indicó la Cancillería en un comunicado. 

 

Entre los firmantes de la Declaración de Líderes de Glasgow sobre los Bosques y el Uso de la Tierra están, además de Estados Unidos y los países de la Unión Europea, China y Brasil, cuyo presidente ha sido ampliamente cuestionado por la deforestación de la Amazonia.

 

Al respecto, este miércoles el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Joaquim Leite, aseguró que su país eliminará "la deforestación ilegal" para 2028, al tiempo que se ha comprometido a reducir en un 50 % la emisión de gases de efecto invernadero hasta 2030.

 

"Reconocemos estos desafíos y venimos trabajando para abordarlos, para frenar la deforestación ilegal en el Amazonas. El Gobierno ha multiplicado por dos los recursos destinados a agencias federales medioambientales, y ha autorizado contrataciones para 739 nuevas agencias medioambientales", explicó el ministro.