¿Crear para olvidar? ¿Pintar para vaciar el alma? ¿Esculpir como exorcismo?

Las preguntas y respuestas que alumbra el arte hecho desde la periferia de los grandes sistemas culturales y, más concretamente, por los outsiders y marginados de Florida, son el material que alimenta la exposición The Monroe Family Collection of Florida Outsider Art.

La exposición es la muestra más grande hasta la fecha de arte de este tipo, titulada An Irresistible Urge to Create, disponible en el Boca Raton Museum de Florida hasta el 5 de Septiembre. 86 obras expuestas de 44 artistas de Florida.

"Este nuevo proyecto abre una ventana a otro mundo. El mundo de las maravillas que se encuentra fuera del establishment artístico. Para estos artistas, hacer arte era tan esencial como respirar", dice Irvin Lippman , director ejecutivo del Boca Raton Museum. "Su libertad artística libertad artística era un medio de comunicación puro, sincero e íntimo".

Pero por su propia definición una exposición de arte marginal parecería casi imposible. La mágica bisagra que convierte el espejismo en realidad no es otra que el trabajo analógico de búsqueda casi detectivesca durante treinta años.

Desde inicios de 1990, el fotógrafo Gary Monroe ha conducido por toda Florida, desde Key West hasta Jacksonville y Pensacola, a la búsqueda de esas gemas artísticas para protegerlas y archivarlas, recuperando más de mil obras para su colección de arte marginado y protegiendo con su esfuerzo el hechizo de dichas obras.

"Cuando hacía estos viajes por Florida para buscar y conectar con estos artistas atípicos, era antes de Internet y era bastante laborioso", dice Monroe.

El fotógrafo conoció personalmente a casi todos estos artistas uno por uno y se convirtió en parte de sus vidas. En aquel momento, esto requería un gran compromiso personal: tenía que ganarse su confianza para poder entrar en sus mundos reclusos. "Fue una aventura. Sobre todo porque especialmente porque no había teléfonos móviles ni GPS. Sólo los viejos mapas de carreteras y las cabinas telefónicas".

Una gran cantidad de obras artísticas de todos los tipos, desde cuadros hasta novelas o canciones, cobra sentido más allá de la industria o del sistema de galerías. Esto es porque su motivación de encuentra en la sublimación, el exorcismo personal, la búsqueda de identidades, las obsesiones o la paranoia.

Ese es una arte hecho por marginados, migrantes y exiliados de la sociedad. Su relación comunicativa se completa en el propio acto artístico, ayudando así a sus creadores a narrarse a sí mismo y al mundo.

En el mundo de los tebeos y fanzines se había llamado a este estilo "arte termita", definiéndose porque completa el acto comunicativo en sí mismo. Algunos de los ejemplos eran las revistas ZAP o American Splendor. En la esfera de la salud mental se etiquetaba como arte outsider desde los años veinte a las obras hechas por enfermos en su camino hacia la sanación, que posteriormente fue rebautizado por Jean Dubuffet como arte sucio en vinculación con la escena posterior al surrealismo.

Este tipo de arte, más difícil de encontrar, explica mejor a la sociedad y a nosotros mismos que el arte industrial porque preserva su aura y se entrega únicamente a la búsqueda de un sentido personal y colectivo.