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Kobe Bryant, el orgulloso "24" de los Lakers. Vía AfricansLive.
Kobe Bryant, el orgulloso "24" de los Lakers. Vía AfricansLive.

La muerte de Kobe Bryant pone fin al “tabú” del número 24 en Brasil

El astro de los Lakers ha inspirado una campaña del fútbol brasileño para luchar contra la homofobia en el deporte.

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Cada país define a los animales a su manera y en Brasil, un país que desde la llegada de Bolsonaro debe enfrentarse a la homofobia no solo social sino institucional, el ciervo se asocia con la homosexualidad. 

Pero también, curiosamente, con un número que ningún deportista quiere ya vestir en su camiseta para evitar ser objeto de las bromas y los insultos más desagradables: el 24.

La historia viene de lejos y tiene como protagonista a un polémico juego de azar, “el juego del bicho”, que inventó a finales del siglo XIX el barón João Batista Viana Drummond, fundador del zoológico de Río de Janeiro, para promocionar el parque y que durante años ha sido utilizado para realizar apuestas ilegales multimillonarias, como la que en 2012 destapó la trama de “El Dedo de Dios”, una operación de blanqueo de dinero a través de escuelas de samba. 

Su apariencia es casi infantil; en “el bicho” cada carta está relacionada a un animal y un número: el uno es la avestruz, el ocho el camello, y el veinticuatro… ¡el ciervo!

Pero tras el fallecimiento el pasado domingo del astro del baloncesto, Kobe Bryant, que llevaba un orgulloso 24 en la camiseta de los Lakers, los prejuicios en torno a este número tienen los días contados…

El club de Bahía y la revista de fútbol Corner han puesto en marcha iniciativas para acabar con el estigma, según reportaba Reuters

El primero fue Corner que lanzó una campaña en redes con el hashtag #PedeA24 (pide el 24) en la que compartía fotos de diferentes jugadores que llevaban el número en su camiseta y que fue seguida por grandes personalidades y periodistas. 

También el equipo de primera división de Bahía pidió a sus jugadores que lucieran el 24 para enviar un poderoso mensaje sobre la diversidad y el respeto a sus aficionados, y animó a los otros clubs a hacer lo mismo. 

"El fútbol puede ser un canal para acentuar lo peor de nuestra sociedad, como el racismo, la agresión, la violencia y la intolerancia, pero también puede ser utilizado de diferentes maneras, en beneficio de la cultura, el afecto, la sensibilidad y para mejorar las relaciones humanas", declaró el presidente del Bahía, Guilherme Bellintani.

"Pensamos que los clubes tienen que elegir si serán canales para el amor o para el odio. Elegimos el amor".

Flavio, jugador del Bahia, lució esta camiseta. Vía Uol

Venados contra la homofobia

El pasado verano, Brasil dio un paso importante para la comunidad LGTB después de que el Tribunal Supremo del país decidiera que los actos de homofobia y transfobia serían considerados delitos de la misma gravedad que el racismo -con penas de hasta cinco años de prisión-. Un necesario avance social que no gustó nada al presidente Bolsonaro, que siempre se ha jactado de ser un “homófobo orgulloso”.

Más o menos por las mismas fechas, el mítico club de Rugby Gay argentino Ciervos Pampas, pionero en la diversidad sexual en Latinoamérica, se midió en el campo con el club brasileño y también inclusivo Tamandúas-Bandeira, protagonizando un partido en el que la ganadora fue la comunidad LGTB. 

“Cuando entramos en la cancha es un acto político porque estamos visibilizando la diversidad sexual en el rugby”, declaró en aquel momento el presidente de los Ciervos, Caio Varela. 

A pesar de estos triunfos, la homofobia todavía es un problema endémico en el país latinoamericano, donde cada 16 horas se produce un crimen por orientación sexual, sobre todo contra las personas transexuales, 124 de las cuales murieron solo el pasado año. De acuerdo a Exame, se producen más de 550 muertes por homofobia anualmente y las denuncias por violencia han aumentado más de un 200% en 2019.