Black Lives Matter se enfrenta a Christie’s por la venta de una estatuas sagradas
Los manifestantes apoyan a la comisión de museos nigerianos que denunció la subasta de las efigies fruto del saqueo.
Ni la unión de los museos nigerianos ni la fuerza justiciera del movimiento Black Lives Matter han podido frenar al mercado del arte, que durante años se ha sostenido gracias al expolio de países con una antiquísima cultura, pero sometidos a guerras y hambrunas.
Aunque Nigeria fue desde los años 50 una de las grandes potencias africanas, tras su independencia, en 1960, vivió una de las más atroces guerras del siglo XX, de las que poco sabemos en nuestras cómodas madrigueras occidentales. Se conoció como Guerra de Biafra, y estalló en 1967 cuando los generales de la etnia Igbo, uno de los grupos étnicos más numerosos de Nigeria, proclamaron la secesión de esta región del sudeste del país. La hambruna se cebó con entre un millón y dos millones de personas sin que hubiera un recuento de muertos oficial.
Ahora activistas y conservadores de museos nigerianos acusan a la casa de subastas Christie’s de haber vendido en París dos estatuillas sagradas de los Igbo sustraídas de Nigeria ilegalmente durante la guerra civil. Su precio de venta, alrededor de los 239.000 dólares, bien podría alimentar a muchísimas familias igbo que viven las consecuencias de una terrible contienda.
Todo empezó cuando un erudito de Princeton, Chika Okeke-Agulu, junto con la Comisión Nacional de Museos y Monumentos de Nigeria, dio la voz de alarma a principios de este mes sobre el saqueo de los objetos durante la guerra de Biafra, según reportó AP.
Okeke-Agulu, de etnia Igbo, dijo que los objetos fueron sustraídos por "un acto de violencia" y no deberían ser vendidos. Una petición en línea con los hashtags BlackArtsMatter y MyHeritageMatters recogió más de 3.000 firmas exigiendo que se detuviera la subasta.
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No obstante, Christie’s defendió la venta alegando que las obras de arte fueron adquiridas legalmente.
“Estos objetos fueron exhibidos públicamente y vendidos previamente en las últimas décadas antes de la participación de Christie’s”, declaró la casa de subastas a AP. También añadieron que reconocían los “matices y complejos debates en torno a los bienes culturales", pero consideraban que este tipo de ventas obstaculizan el florecimiento de mercados negros.
Babatunde E. Adebiyi, asesor jurídico de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos de Nigeria, se sorprendió cuando Christie’s decidió proseguir con la subasta pese a las peticiones de la comisión de que la suspendiera hasta que se investigase a fondo el origen de las estatuillas, el pasado 17 de junio.
“Representa un gran revés en nuestro esfuerzo por conseguir nuestras antigüedades del extranjero", dijo Adebiyi.
Esta polémica sobre la venta de objetos tribales vinculados al pasado colonial de África no es nueva, ni tampoco que las casas de subastas consigan llevarse siempre el gato al agua.
En 2013 unas 70 piezas Hopis, incluyendo máscaras tribales, fueron subastadas en París a pesar de las protestas de representantes de la tribu amerindia que consideraba estos artefactos sagrados. En esta ocasión, como en muchas otras, la justicia permitió la subasta pese a la petición de ONGs como Survival International, que defendían el derecho de este pueblo oriundo del norte de Arizona a que se investigase la legalidad de esta colección y con el apoyo de conocidas celebridades como el actor Robert Redford.
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