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(Izquierda) Roberto Clemente. (Derecha) Homenaje de los Pirates al mítico jugador boricua. Photo: El Nuevo Día. 
(Izquierda) Roberto Clemente. (Derecha) Homenaje de los Pirates al mítico jugador boricua. Photo: El Nuevo Día. 

BLM en el deporte: El legado de Roberto Clemente es más importante que nunca

El mítico 21 de los Pittsburgh Pirates fue un luchador en el campo y fuera de él. Hoy son muchos los deportistas afroamericanos y latinos que alzan la voz…

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Para los numerólogos el 21 significa “cambios” y “nuevos comienzos”; para los vecinos de Pittsburgh, los fanáticos del baseball y los deportistas, especialmente quienes pertenecen a las comunidades BIPOC, este número en la trasera de una camiseta simboliza la impronta que dejó Roberto Clemente fuera y dentro del campo. 

Las conmemoraciones de su muerte, celebradas el martes -Roberto Clemente Day- y el miércoles fueron las más emotivas en años con todos los integrantes de los Pittsburgh Pirates luciendo el 21 en la espalda. Incluso se está hablando de retirar el número para que su recuerdo perdure de esta forma todos los días del año, como se hizo con el 42 de Jackie Robinson en 1997.

Clemente no sólo fue conocido por su brazo de hierro y sus golpes elevados -tenía un promedio de bateo de .317-; como afrolatino en las Ligas Mayores luchó para defender los derechos de las personas negras y marrones, tanto en el jardín como en las calles. 

Cuando murió en un desafortunado accidente de aviación, en 1972, el jardinero transportaba ayuda humanitaria a las víctimas de un terremoto en Nicaragua. Su avión se estrelló frente a las costas de su Puerto Rico natal. 

Ahora es fácil ver a los vecinos salir a poder sus céspedes luciendo sus camisetas con el número 21. Igualmente en el graderío, cada vez que los Pirates salen a jugar, y también adorna el muro del jardín derecho que lleva su nombre, en el PNC Park. Pero que todos los jugadores lo llevasen, eso sí fue un momento histórico que no debe sorprendernos. Sobre todo porque los deportistas están jugando un gran papel de presión contra el racismo imperante y en buena medida es el legado de personas como Roberto, que durante los 60 y 70 utilizaron su visibilidad para luchar contra las injusticias raciales.

Clemente tuvo que enfrentarse como jugador con la discriminación de Jim Crow durante el entrenamiento de primavera en Florida on los Pittsburgh Pirates. También plantó cara a la dura recepción que recibió en Pensilvania, e incluso, como bien recordaba Ed Morales para la CNN, hasta en su última entrevista, concedida en 1972, reconoció haber sido discriminado en una tienda de muebles de Nueva York por su color de piel. 

“Describió cómo luchó contra la indignidad que enfrentaban los jugadores negros, como cuando se negó a que le trajeran comida en el autobús del equipo porque él y sus otros compañeros negros no podían cenar con sus compañeros blancos en restaurantes segregados”, recordó Morales. 

Política y deporte

Para el historiador Adrián Burgos Jr., especialista en la historia de las minorías en el deporte y profesor de la Universidad de Illinois, estamos siendo testigos de un momento sin precedentes en el deporte, ya que  en protestas como la que hubo en las Olimpíadas de 1968 en México por el boicot de los atletas negros participaron en su mayoría “atletas aficionados” mientras que este 2020 las reivindicaciones del Black Lives Matter han tomado las ligas profesionales como la NBA, donde el 80% de los jugadores son afroamericanos, o la WNBA y con las deportistas negras al frente de la lucha. 

“Me sorprende que los partidos de las Grandes Ligas de Béisbol hayan sido pospuestos”, dijo Burgos, refiriéndose a la larga historia de la MLB vinculada a la moral de la nación desde aproximadamente la Segunda Guerra Mundial, cuando Roosevelt decidió que el juego no se parase por la contienda. 

Este parón ya había ocurrido en 1968, cuando tras el asesinato de Martin Luther King, Clemente y sus compañeros se negaron a jugar hasta después de los funerales e incluso escribieron una declaración pública mostrando su respeto al Dr. King. 

Tras la muerte de George Floyd, los jugadores tomaron la voz cantante y vieron realmente el poder que poseían parando el juego. “Hay urgencia en las acciones de protesta que los atletas han tomado esta temporada. Estamos en medio de una pandemia que ha afectado desproporcionadamente a las comunidades afroamericana y latina”, dijo Burgos. 

“Los afroamericanos, no importa cuánto ganen en los deportes, no tienen la capacidad de eliminar su negritud. Ser negro en América es su realidad vivida. Una gran parte de lo que el jugador de los Mets de Nueva York Dominic Smith o el entrenador de los Clippers de Los Ángeles Doc Rivers buscan al compartir su experiencia es que la gente vea literalmente su negrura y su humanidad. Quieren que los demás no sólo vean a un atleta o entrenador negro cuyo valor está en el entretenimiento que proporcionan, sino que los vean como seres completos que son vecinos, miembros de la familia y compañeros americanos”, concluyó.