La frase final con la que Joan Manuel Serrat se despidió para siempre de sus emocionados fans en el Auditorio Nacional de Ciudad de México incluyó un mensaje subliminal. “Espero que nos volvamos a ver. En cualquier cielo o galaxia, y que la palabra mañana sea un signo de vida”. Con esta alusión al futuro, el cantautor español lanzó una urgente alerta contra el cambio climático, un fenómeno cada vez más preocupante y que ocupa más espacio en debates políticos y mediáticos internacionales.

“El noi del Poble Sec” siempre aprovechó sus versos y acordes para hacer crítica política y reivindicar cambios. Si bien durante sus primeros años de carrera musical las causas centrales de sus canciones giraban en torno a las aspiraciones democráticas en España o la defensa del catalán, en la gira de despedida “El vicio de cantar 1965-2022” el músico de 78 años está enarbolando la bandera de la lucha para preservar un mundo limpio y sostenible.

“Es muy doloroso ver la porquería de mundo que le vamos a dejar a nuestros hijos y nietos. Tenemos tendencia a pensar que estamos a tiempo, pero, sinceramente, nadie tiene prisa en afrontar esto”, pronunció preocupado ante los 10.000 asistentes mexicanos que prestaban atención a su discurso.

De hecho, su alerta llegó antes de interpretar la canción “Pare”, donde en un lejano 1973 ya avisaba de los desastres medioambientales que nos depararía el futuro. Paradójicamente, aquella canción fue grabada durante el año que pasó exiliado en México, donde buscó refugió tras huir de su país por emitir unas críticas públicas a las autoridades franquistas.

En aquellos lejanos años setenta, Serrat decía: “Padre, dígame qué le han hecho al río, que ya no canta”. Y según confesó al público en la capital mexicana, creía que aquella frase quedaría anticuada con el paso del tiempo. Erróneamente, confió en que el ser humano recapacitaría antes de que fuera demasiado tarde para proteger la naturaleza. Se equivocó rotundamente.

“La casa común es la tierra y cada día hay más agravios contra ella. Detrás de esta expresión de cambio climático, a la que han hecho que nos acostumbremos como un mal menor, se esconde una terrible realidad que está a la vuelta de la esquina”, advirtió con profunda preocupación.

Serrat está aprovechando sus últimas actuaciones en vivo para repetir sus gritos de alerta. El músico catalán confirmó que está será su despedida final de los escenarios, pero que todavía no guardará la libreta y la guitarra. Seguirá escribiendo música, y es de suponer que esta cuestión salga a relucir en próximas composiciones.

En el pasado, ya había presentado “Pare” en público con estas palabras: “es una canción que con mucha amargura, y un tanto también de vergüenza, yo quiero dedicar a esos canallas que queman nuestros bosques, ensucian nuestras aguas, envenenan nuestros alimentos y se enriquecen con las miserias ajenas”.

El cantante siempre denunció la pasividad con la que se trató al entorno natural, que mayormente se observó como algo ajeno y lejano. “Pero la experiencia nos ha demostrado claramente que nosotros no somos una cosa y la naturaleza otra, sino que, en el mejor de los casos, nosotros somos naturaleza. Y que es ella la que nos acoge y la que nos incluye. Amarla es defendernos a nosotros mismos”, defendió.