Los Harlem Hellfighters de Puerto Rico
Los miembros afro-puertorriqueños de la banda Hellfighters contribuyeron a determinar el impacto cultural del regimiento en Europa
Al estudiar los aportes de los afroamericanos a las fuerzas armadas de los EE. UU., hay pocos individuos o grupos de más renombre que el 369o Regimiento de Infantería. Conocido también como los Harlem Hellfighters, fue uno de los primeros regimientos predominantemente afroamericano en ser parte de las Fuerzas Expedicionarias estadounidenses durante la Primera Guerra Mundial. La tropa operó bajo el mando francés porque el Ejército de los EE. UU. se rehusó a reconocerlo, y pasó seis meses en la primera línea de batalla, perdiendo a cerca de 1,500 hombres. Su heroísmo los hizo acreedores de la Croix de Guerre regimental del Ejército francés.
No obstante, mientras que el heroísmo del regimiento frente a la discriminación es una parte integral de la historia afroamericana nacional, su impacto cultural en Europa no es reconocido. A la banda de los Hellfighters, que tocó por todas partes de Francia durante el despliegue del regimiento, se le acredita de haber llevado el jazz a Europa. Menos conocido aún es el legado afro-puertorriqueño que muchos de los miembros del regimiento también compartían y expresaron mientras estuvieron en Europa.
Los Harlem Hellfighters, establecidos en 1915, no incluyó a puertorriqueños hasta 1917, cuando el presidente Woodrow Wilson firmó la Ley Jones-Shafroth en marzo de ese año. La ley reconocí a los puertorriqueños como ciudadanos estadounidenses, aunque la isla seguía siendo una colonia.
Fue alrededor de ese momento en que James Reese Europe visitó Puerto Rico, en busca de talento musical. Europe era una estrella en el ámbito musical de Harlem quien se enlistó y fue asignado como líder de la banda militar además de teniente.
De los 44 miembros de la banda de los Hellfighters, 18 fueron reclutados de Puerto Rico. La isla era un paraíso para el talento musical, con una tradición de bandas municipales parecidas a las militares. El acceso irrestricto de los puertorriqueños a los instrumentos también implicaba que podían aprender una variedad de instrumentos, a diferencia de sus compañeros de banda afroamericanos, quienes estaban sujetos a las leyes de Jim Crow, que prohíbían la educación musical y el acceso a instrumentos de viento.
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Uno de los afro-puertorriqueños reclutado por Europe fue Rafael Hernández. El ahora universalmente conocido compositor puertorriqueño tenían 26 años de edad en ese entonces, y se unió a la banda, junto con su hermano. Hernández podía tocar seis instrumentos, había recorrido Puerto Rico con un circo y tocaba con algunos de los artistas más reconocidos de la isla de ese entonces. Otros afro-puertorriqueños reclutados por Europa que se convertirían en músicos exitosos fueron Rafael Duchesne Mondríguez y Gregorio Felix.
Al llegar a Francia, a principios de 1918, la banda acompañó a los nuevos rostros afro-americanos en las primeras líneas de batalla con su sonido singular. El compositor colega de Europa y miembro de la banda, Noble Sissle, comentó sobre el efecto de la banda sobre el regimiento. Desde que salía hasta que caía el sol, la banda ofrecía un sonido diferente dependiendo de la hora del día.
“De esa manera, desempeñaron un papel fundamental en levantar el espíritu”, escribió Sissle.
En total, la banda tocó en 25 ciudades francesas durante el tiempo en que los Hellfighters estuvieron en Francia, introduciendo el música ragtime y proto-jazz a la población. Sissle narró cómo la banda acaparó la atención de la clase obrera francesa y cómo ninguno --incluso los prisioneros de guerra alemanes-- se resistía a golpear los pies al ritmo de la música nueva.
“A veces creo que si el Kaiser hubiera escuchado una buena melodía sincopada no se habría tomado tan en serio”, lee la publicación de St. Louis Post Dispatch del 10 de junio de 1918, citando a Sissle.
El domingo pasado marcó el 73o año desde la desarticulación del 369o Regimiento de Infantería. Los Harlem Hellfighters se fueron de Francia después de la Primera Guerra Mundial no sólo como héroes de guerra, sino también como embajadores de una recién descubierta cultura estadounidense. El Renacimiento de Harlem después de la Primera Guerra MUndial es el epítome de esa cultura, y muchos puertorriqueños miembros de la banda de los Hellfighters alcanzaron el éxito durante su apogeo.
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