Escrito Por: Alejandra Legarda - Periodista

La pandemia de COVID-19 no solo fue una crisis sanitaria física, sino también una crisis mental, especialmente entre los adolescentes. Diversos estudios han demostrado que el confinamiento y la falta de interacción social aceleraron el envejecimiento cerebral de los jóvenes, particularmente en las mujeres. Investigadores de la Universidad de Washington descubrieron que el cerebro de las adolescentes mostró un adelanto en su maduración de hasta 4.2 años, comparado con 1.4 años en los varones.

Este envejecimiento acelerado, conocido como adelgazamiento cortical, es una manifestación de cómo el estrés crónico afecta al cerebro. Este tipo de cambio cerebral está asociado a trastornos como la ansiedad y la depresión, los cuales ya se habían reportado en mayor medida en las adolescentes durante el confinamiento. La diferencia en la aceleración entre hombres y mujeres podría explicarse por la dependencia de las adolescentes en las relaciones emocionales para gestionar el estrés, un tipo de interacción que se vio particularmente afectado durante el confinamiento. 

A pesar de estos hallazgos preocupantes, algunos expertos señalan que el adelgazamiento cortical puede no ser necesariamente perjudicial, ya que también está relacionado con procesos normales de maduración. Sin embargo, es necesario seguir investigando si estos cambios serán permanentes o si el cerebro podrá recuperarse una vez restablecidas las condiciones normales de socialización.

Lo que está claro es que la pandemia ha revelado la fragilidad del cerebro adolescente y ha dejado interrogantes sobre los efectos a largo plazo de eventos estresantes globales en el desarrollo neurológico de los jóvenes, particularmente en las mujeres.