Quién es Willy McKey, el poeta venezolano que se suicidó tras reconocerse un violador
Una avalancha de acusaciones de delitos sexuales contra menores cometidos por músicos, artistas y escritores sacude Venezuela desde que se viralizó en redes la…
“No sean esto. Crece adentro y te mata. Perdón”. Esas fueron las últimas palabras, o mejor dicho, el último tuit del escritor venezolana Willy McKey justo antes de saltar desde el noveno piso de su apartamento en Buenos Aires.
McKey estaba en el ojo del huracán desde que fue acusado en las redes sociales de haber acosado a una menor de 15 años hasta mantener relaciones sexuales con ella aprovechándose, según diversas publicaciones, de su “ascendencia”.
La suya fue tal vez una de las acusaciones más graves pero ni mucho menos la única. Tras la eclosión en Venezuela de la campaña #YoSíTeCreo -una variante del #MeToo-, multitud de personalidades de la cultura, la música y las letras han sido acusadas de cometer delitos sexuales, en muchos casos con menores, y el número de ellos no para de crecer.
McKey estaba en el centro de este drama nacional que pone de relieve la verdad más amarga de la violencia hacia las mujeres y la forma en que el poder, la visibilidad y el machismo se dan la mano, así como la necesidad -y la autoridades, informan, ya se han puesto manos a la obra- de abrir sendas investigaciones.
Entre los primeros personajes que fueron salpicados por sus supuestos delitos están artistas como el batería de Tomates Fritos Tony Cash Maestracci, los cantantes Alejandro Sojo (Los Colores) y Murachi Palomo, el guitarra Leonardo Jaramillo (Okills) o el batería Daniel Landaeta (Le Cinema).
Pero también están en la picota actores y comediantes muy conocidos como Luis Gerónimo Abreu y Gabo Ruiz.
McKey (40) había formado parte del equipo que redactaba los discursos de Juan Guadidó, reconocido parcialmente como presidente encargado de Venezuela, y abandonó el país en 2019 para mudarse a Buenos Aires después de que el portal para el que trabajaba rescindiera su colaboración fruto de las acusaciones que empezaron a teñir las redes.
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El escándalo había estallado cuando desde la cuenta de una persona llamada Pía (@mckeyabusador) se desvelaron en primera persona los abusos que sufrió a sus 15 años por parte del escritor -”yo estaba histérica de la emoción, pensé que había encontrado un mentor”, escribía sobre sus ambiciones literarias y su admiración por el poeta. “Me deslumbraba diciéndome que había trabajado con tal y cual y que esta gente iba a amarme y que tendría la oportunidad de mostrarles mi trabajo y lograr mil vainas, pero nunca hacía nada", continuó.
La mujer también aportaba conversaciones por mensaje de texto y correo electrónico donde se apreciaba cómo poco a poco McKey la cercaba hasta acabar practicando sexo con ella en su casa.
La respuesta del escritor fue contundente; reconoció en un post de Instagram haber cometido estupro. McKey también asumió su despido del portal Prodavinci sin oponer ningún tipo de resistencia, aceptando cuanto hizo.
Al respecto de su posterior suicidio, Ramsés Siverio, intelectual venezolano, destacaba: "El suicidio de Willy McKey, además de otro gesto de su narcisismo patológico, es la agresión definitiva a sus víctimas. Escapar de la Justicia, evadir su responsabilidad para siempre, es otra forma de dejar impunes sus delitos".
Por su parte y refiriéndose al auge del #MeToo en el país, que ha puesto de relieve el machismo endémico de la sociedad venezolana, la activista feminista Luisa Kislinger declaraba:
"Nunca tuve dudas de que el #MeToo llegaría a Venezuela en algún momento. Y llegó. A quienes piden perdón, sepan que ello no reemplaza la responsabilidad por los delitos cometidos. A las valientes víctimas y sobrevivientes que cuentan sus historias, mi apoyo para ustedes".
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