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César Chávez dirigiendo una protesta en un supermercado en Seattle, 1969. Photo: Barry Sweet/AP Images
César Chávez dirigiendo una protesta en un supermercado en Seattle, 1969. Photo: Barry Sweet/AP Images

La historia del Movimiento Chicano es mucho más que lo que conocemos

Desde la huelga escolar de El Paso (Texas) hasta los murales en contra de la guerra, un nuevo libro reescribe la historia del movimiento aportando nuevos datos…

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La historia no es un recuento de hechos pasados sino también una mirada sobre este pasado. De forma que cuando se ignora o se narra desde un único punto de vista, esa narración condiciona todo nuestro presente e incluso puede borrarnos de un plumazo. 

Si antes solía decirse que la historia la escriben los vencedores, los nuevos aires de cambio social y político que vivimos han convertido en una necesidad -y en un reto de justicia social- echar la vista atrás para volver a analizar desde nuestro presente lo que fue sólo contado por una parte de la sociedad.

En este sentido, Reescribiendo el Movimiento Chicano (Arizona Press), compilado por los investigadores de la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB) Ellen McCracken y Mario García, es un documento de obligada lectura para entender el peso real del Movimiento Chicano, sus luchas y su impronta en la actualidad. 

“La historia de cualquier movimiento social no puede y no debe permanecer estática y grabada en piedra”, dijo García a Efe respecto a las luchas de los líderes latinos en los 60’ y 70’. 

El investigador agregó que “las historias de movimientos sociales como el Movimiento Chicano tienen que continuar creciendo y aportando en nuevos vientos de estudios revisionistas”.

El libro recoge 10 ensayos académicos de expertos de diferentes universidades estadounidenses que abarcan diferentes temas y momentos históricos del movimiento desde el papel de la mujer, hasta los efectos en áreas urbanas no sólo del suroeste sino de todo el país, pasando por la presión que soportaron los artistas chicanos.

“Desde la huelga escolar de El Paso (Texas) en 1936 hasta el movimiento de murales chicanos en contra de la guerra, en Houston en las décadas de 1960 y 1970 y mucho más, los ensayos amplían nuestro entendimiento y aprecio del movimiento chicano”, destacó Mario García.

Reescribiendo el Movimiento Chicano es también una llamada a revisar la historia del colectivo medio siglo después de las protestas que fueron cruciales para su desarrollo, ya que fue “mucho más diverso y dinámico” que lo que nos ha llegado a nuestros días. 

El libro, que se presentó el pasado miércoles y contó con algunos de sus autores, analiza entre otras cosas cómo la influencia de los primeros líderes chicanos, como César Chávez o Sal Castro, no se quedó limitada a California sino que tuvo repercusiones en todo el país. 

En este momento en que muchos distritos escolares en diferentes estados están haciendo un esfuerzo por incluir la historia de las comunidades BIPOC dentro del currículo y que sus alumnos diversos reconozcan su propio legado como parte del pasado de una nación en la que muchos de ellos han nacido, esta investigación también pone sobre la mesa las luchas de los chicanos por conseguir una educación superior durante el apogeo del movimiento e inspiran a los más jóvenes a abrazar esos mismos valores como actores políticos nacionales de primer nivel. 

"Es importante reescribir la historia del Movimiento Chicano para que las generaciones más jóvenes puedan apreciar mejor la importancia del movimiento e inspirarse en su compromiso de ampliar la democracia estadounidense a todos los americanos", concluyeron los autores.