
Mario Vargas Llosa: último capítulo del Boom latinoamericano
Vargas Llosa, fallecido en Lima a los 89 años, fue protagonista del Boom latinoamericano, cronista de su tiempo y riguroso observador de la condición humana.
La muerte de Mario Vargas Llosa, ocurrida en Lima el 13 de abril de 2025, cierra un capítulo determinante en la historia de la literatura latinoamericana. El anuncio lo hizo su hijo Álvaro en la red social X, acompañado por sus hermanos Gonzalo y Morgana: "Nuestro padre, Mario Vargas Llosa, falleció pacíficamente en Lima hoy, rodeado de su familia".
Perú decretó duelo nacional, con banderas a media asta en locales estatales. La familia comunicó que no se realizarían ceremonias públicas, siguiendo el deseo del propio escritor, y que su cuerpo sería cremado. Su hijo Álvaro había compartido, poco antes del cumpleaños número 89 del escritor, imágenes de los lugares limeños donde Vargas Llosa escribió sus dos últimas novelas, Cinco Esquinas (2016) y Le dedico mi silencio (2023).
A la noticia de su muerte se sumaron reacciones de todo el mundo. La presidenta peruana, Dina Boluarte, destacó que su "genio intelectual y su vastísima obra permanecerán como legado imperecedero para las futuras generaciones". Desde España, el presidente Pedro Sánchez expresó su "agradecimiento como lector por una obra inmensa", mientras que Emmanuel Macron recordó que, con su trabajo, "opuso la libertad al fanatismo, la ironía a los dogmas, un ideal tenaz frente a las tormentas del siglo".
Vargas Llosa nació en 1936 en una familia de clase media en Arequipa, Perú. Desde joven mostró inclinaciones literarias, pero fue en París donde encontró el terreno fértil para consolidarse como escritor. Instalado allí en 1959, trabajó como traductor, profesor de español y periodista para el servicio en español de la Agencia France Presse. Su primera novela, La ciudad y los perros, la concluyó en París, obteniendo el premio Biblioteca Breve en 1962. Vargas Llosa había imaginado ser escritor francés, convencido de que "es imposible ser escritor en Perú, un país sin editoriales y con escasas librerías".
Su vínculo con Francia se mantuvo a lo largo de toda su carrera. Admirador de Victor Hugo y Gustave Flaubert, fue el primer autor sin obra original en francés que ingresó a la Academia Francesa. En 2016, la totalidad de su obra fue incluida en la prestigiosa colección de la Pléiade. Al ingresar en la Academia en 2023, recordó: "Fue en París donde me convertí en escritor".
Vargas Llosa formó parte del núcleo central del Boom latinoamericano, junto a figuras como Gabriel García Márquez y Julio Cortázar. Este movimiento impulsó la proyección global de la narrativa latinoamericana durante las décadas de 1960 y 1970. Barcelona fue uno de los escenarios clave de esa etapa. En 1970, alentado por la agente literaria Carmen Balcells, se instaló en la ciudad catalana, donde se impuso una férrea disciplina de trabajo. Balcells "le iguala el sueldo de profesor que tenía" en Londres, "le busca piso, médicos, escuelas para los niños, e igual que hace con otros escritores, le impone una disciplina horaria".
Vargas Llosa vivió en el barrio de Sarriá, a poca distancia de Gabriel García Márquez. Las familias compartían comidas y cuidados de los hijos. La amistad se fracturó en 1976, tras una pelea en México que incluyó un golpe del peruano al colombiano. El episodio quedó sin explicaciones públicas. Vargas Llosa había dicho: "Que los biógrafos se encarguen de ese tema".
Su obra abarca múltiples registros y estilos. La ciudad y los perros expuso la hipocresía y la rigidez de la sociedad peruana, a partir de su experiencia adolescente en una academia militar de Lima. La casa verde presentó una estructura narrativa compleja, entrelazando varias historias, mientras Conversación en la catedral retrató la corrupción y el autoritarismo del régimen de Manuel Odría, dejando una pregunta que se volvió icónica: "¿En qué momento se había jodido el Perú?".
Con La tía Julia y el escribidor, Vargas Llosa narró su relación con Julia Urquidi, su primera esposa, quien tenía 32 años cuando se casaron y él apenas 19. La historia fue llevada al cine en Hollywood, con Keanu Reeves como protagonista. Más adelante, La guerra del fin del mundo se centró en la rebelión de Canudos en Brasil, y La fiesta del chivo exploró la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana.
Sus libros fueron traducidos a más de 30 idiomas, y reconocidos por su capacidad de retratar la condición humana en diferentes contextos. El escritor Alfredo Bryce Echenique, amigo de Vargas Llosa, afirmó que su muerte es "un duelo para Perú", destacando que "nadie nos ha representado tanto como él en el mundo por su obra en general, su terquedad, su limpieza, su enormidad".
A lo largo de los años, su pensamiento político evolucionó de manera marcada. De simpatizante de la Revolución cubana, Vargas Llosa se distanció del castrismo a comienzos de los años 70, especialmente tras el encarcelamiento y confesión pública del poeta Heberto Padilla. Se volcó entonces hacia el liberalismo clásico, influenciado por autores como Alexis de Tocqueville, y se convirtió en un crítico del totalitarismo, tanto de izquierda como de derecha.
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Cultivó la amistad del ensayista Jean-François Revel, y defendió el papel de la literatura como espacio para la libertad.
La transformación de sus ideas lo llevaron hacia la política: en 1990, Vargas Llosa se presentó como candidato a la presidencia de Perú, pero fue derrotado por Alberto Fujimori. Poco después, se trasladó a España y obtuvo la nacionalidad española en 1993.
En Madrid consolidó su lugar como figura literaria global. Ingresó a la Real Academia Española, y fue distinguido con el Premio Nobel de Literatura en 2010. Durante su discurso de recepción del Nobel en Estocolmo, expresó: "Nunca me he sentido un extranjero en Europa, ni, en verdad, en ninguna parte".
Su vida personal también tuvo amplia exposición pública. En sus años jóvenes fue hincha del FC Barcelona, motivado en parte por la presencia de Hugo Sotil, uno de los futbolistas peruanos más destacados de la época. Con el tiempo, se hizo seguidor del Real Madrid. Entre 2015 y 2022 mantuvo una relación con Isabel Preysler, que lo convirtió en protagonista habitual de la prensa del corazón.
Más duradero fue su vínculo con la literatura española, a la que dedicó ensayos y artículos, incluyendo estudios sobre Tirant lo Blanc de Joanot Martorell, Madame Bovary de Flaubert, y Los Miserables de Victor Hugo. Vargas Llosa expresó, en París, que fue gracias a Francia que descubrió "otra América Latina".
Las reacciones a su muerte fueron múltiples y transversales. Desde la Casa Real española hasta la Fundación Gabo, todos coincidieron en resaltar su papel como narrador clave de la lengua española. La Fundación creada por Gabriel García Márquez lo despidió recordando que fue "maestro de la narrativa en español y figura clave de la literatura latinoamericana".
Para sus lectores y para la historia de las letras, Vargas Llosa deja un legado que, como expresó su familia, "vivirá más allá de él". Con el adiós de Vargas Llosa, se da el fin de un capítulo inmortal de la literatura. La del Boom latinoamericano.
Con información de AFP
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