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“Sabemos que a muchos jóvenes chicanos les va bien en la escuela y obtienen movilidad social". Photo: Telegram
“Sabemos que a muchos jóvenes chicanos les va bien en la escuela y obtienen movilidad social". Photo: Telegram

Una nueva mirada al “éxito o fracaso” educativo de los estudiantes mexicoamericanos

The Chicana/o/x Dream desmonta las ideas preconcebidas sobre el fracaso escolar de los alumnos chicanos y señalan los agujeros del sistema.

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En física cuántica suele decirse que la mirada del observador afecta aquello que es observado. Lo modifica, en cierta manera. 

Lo mismo es aplicable a la investigación social, en especial al estudio de los estudiantes de color, a los que siempre se ha caracterizado como de bajo rendimiento y poco exitosos. Pero, ¿realmente estos análisis están siendo fieles a la realidad?

Según los profesores Gilberto Q. Conchas y Nancy Acevedo, autores del libro The Chicana/o/x Dream, esta representación tradicional sobre los estudiantes mexicoamericanos en términos de “fracaso educativo” es errónea. 

A través de entrevistas con alumnos y uniendo su experiencia educativa en tanto que profesores latinx, se dieron cuenta de que los análisis realizados hasta la fecha no estaban teniendo en consideración los estudios étnicos para examinar las experiencias de los estudiantes de color. 

“Sabemos que a muchos jóvenes chicanos les va bien en la escuela y obtienen movilidad social. Por lo tanto, recurrimos a perspectivas interdisciplinarias, incluyendo la teoría feminista chicana, para poner de relieve las diversas estrategias empleadas por los chicanos para fomentar la esperanza, la resistencia y el éxito educativo”, explicaron ambos autores en una entrevista con Inside Higher Ed.

El libro perfila de forma realista cómo la primera generación de universitarios mexicoamericanos exitosos ha “superado la adversidad”, abordando historias de hombres y mujeres que han triunfado más allá de obstáculos sociales como la migración o la pobreza, intentando integrar su doble identidad como latinx y estadounidenses. 

En The Chicana/o/x Dream también se lanza una dura y acertada crítica social sobre la desigual financiación de los colegios comunitarios, que obliga a los estudiantes, según los autores, a trabajar a tiempo completo para poder afrontar su supervivencia. 

Ejemplo de ello es el sistema de Colegios Comunitarios de California (CCC), que tiene el 25% de todos los estudiantes de colegios comunitarios de la nación y donde el 43% de ellos se identifican como latinx. Y un gran por centaje de ellos se marcha sin haber obtenido un certificado debido a la falta de inversión en este sector. 

“En el colegio comunitario, las prácticas y políticas institucionales refuerzan aún más que los estudiantes chicanos no pertenecen a la educación superior”, postulan los autores. 

El libro se basa en tres proyectos de investigación únicos con estudiantes chicanos de primera generación y bajos ingresos en cinco colegios comunitarios y una universidad, clasificados como instituciones de servicio a los hispanos en Estados Unidos. 

Entonces, ¿cuáles son las claves para el éxito educativo de los estudiantes mexicoamericanos?

Conchas y Acevedo proponen aspectos de mejora interconectados para fomentar el sentido de pertenencia de estos estudiantes:

  • La necesidad de mayor apoyo de orientadores y profesores.
  • El compromiso de las universidades de preparar a los estudiantes de forma igualitaria para desmantelar los contextos coloniales persistentes.
  • Una distribución equitativa de los recursos institucionales.
  • La contratación de personal docente plural y con una conciencia crítica, que retengan al alumnado chicano.
  • El fomento de las relaciones familiares y como colectivo de los estudiantes desde la institución educativa, incentivando un entorno de colaboración.
  • Finalmente, el acceso a prácticas profesionales y de investigación justamente remuneradas.