“Esta es la historia de un niño de Cuba cuya madre murió intentando llevarlo hacia la libertad, en los EEUU. O quizás es la historia de un niño que naufragó frente a la costa de Miami cuy padre solo quería que regresara a casa. Se supone que fue siempre la historia de Elián, aunque mucha gente intentó hacer su propia versión.”

Así es como empieza el documental de la CNN, ELIÁN, dirigido y producido por Alex Gibney, Tim Golden y Ross Mc.Donnell, con un discurso preliminar filmado en las aguas del estrecho de Florida, donde un niño de 5 años fue encontrado flotando agarrado a un neumático, rodeado de delfines, en el Día de Acción de Gracias de 1999.

En este estrecha franja de 99 millas de mar que separa Cuba de los Estados Unidos, donde la madre de Elián murió ahogada junto a otros diez balseros y donde el muchacho fue rescatado más tarde por dos pescadores, los dos países empezaron a sentirse cada vez más lejos y más cerca que nunca. En esta épica, conmovedora, compleja y frustrante batalla internacional por la custodia de Elián, no solo se vio implicado su padre, Juan Miguel, y su primo Marisleysis, sino también miles de americanos en EE.UU. que se conectaban día y noche a las noticias para saber cuál sería el destino de ese niño cubano, y de centenares de fervientes cubanos que se manifestaron en la Plaza de la Revolución de La Habana -con la bendición de Fidel Castro -para pedir su regreso a casa.

El documental hace un excelente trabajo a la hora de proveer testimonios, testigos y relatos de personas que tuvieron perspectivas polarizadas sobre la historia de Elián.  Por un lado, los exiliados cubano-americanos en Miami creían que ese niño de cinco años estaba siendo usado como instrumento de propaganda por parte de los Comunistas y lloraron cuando los equipos del SWAT le separaron de su primo a punta de pistola; por otro lado, los residentes de EE.UU que celebraron la decisión de la Administración Clinton de enviar a Elián y a su padre de vuelta a Cuba, y los familiares del niño en La Habana y en Miami que, diecisiete años después, se sienten más aislados y traicionados que nunca. Cada “bando” recibe un amplia cobertura, permitiendo que el espectador aprenda y oiga la historia de Elián desde diferentes puntos de vista y sea capaz de llegar a sus propias conclusiones.  

Aún y así, la posición de este niño convertido en símbolo político nacional - hoy un ingeniero mecánico de 23 años, miembro del Sindicato de Jóvenes Comunistas de la La Habana - es descaradamente evidente: “No sigo ninguna religión en particular, pero si tuviera que hacerlo, mi Dios sería Fidel”.

El documental se emitirá este fin de semana en CNN y CNN Español con pausas publicitarias limitadas, a las 10PM, el sábado y el domingo.