Gene Hackman
En la película Bajo el fuego (1983), Hackman interpretó a un director de periódico que debe enfrentarse a dos reporteros y a la caída del régimen de Anastasio Somoza en Nicaragua (Imagen tomada del tráiler oficial de la película).

Todas las caras de Gene Hackman: adiós a una gran estrella del cine estadounidense

El célebre actor falleció en circunstancias que aún no se han aclarado. Perfil de una leyenda.

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Gene Hackman, actor de cine y televisión con una carrera de más de cinco décadas, falleció a los 94 años. Su muerte marca el final de una era en la industria cinematográfica, donde dejó una huella imborrable con interpretaciones que marcaron la pauta del cine estadounidense.

Hackman nació el 30 de enero de 1930 en San Bernardino, California. Desde temprana edad mostró interés por la actuación, aunque su camino hacia Hollywood no fue inmediato. Tras servir en la Marina de los Estados Unidos, estudió periodismo y luego ingresó al Pasadena Playhouse, donde coincidió con actores que marcarían el cine de su generación.

Su primer reconocimiento llegó en 1967 con la película Bonnie and Clyde, donde interpretó a Buck Barrow. Su actuación le valió una nominación al Oscar como Mejor Actor de Reparto. Desde entonces, Hackman consolidó su carrera con papeles en géneros diversos, desde el cine negro hasta la ciencia ficción y el drama histórico.

En 1971 protagonizó The French Connection, interpretando al detective Jimmy "Popeye" Doyle, un papel que lo convirtió en un ícono del cine policial. La película recibió cinco premios Oscar, incluido Mejor Actor para Hackman. Su capacidad para encarnar personajes con profundidad psicológica le permitió transitar entre papeles de héroe y antagonista con la misma credibilidad.

En 1978 dio vida a Lex Luthor en Superman: The Movie, un papel que repetiría en sus secuelas y que lo posicionó como uno de los villanos más recordados del cine de superhéroes. Fue un malo muy particular: todos recuerdan a ese Lex Luthor por su sentido del humor, su cinismo y, al final de cuentas, su cobardía frente al gran superhéroe. Hackman fue un gran villano.

A lo largo de su trayectoria, trabajó con directores como Francis Ford Coppola en The Conversation (1974), Clint Eastwood en Unforgiven (1992) y Wes Anderson en The Royal Tenenbaums (2001).

Un film del que casi nunca se habla y que también aportó mucho en su carrera fue Bajo Fuego (1983). Una epopeya que relata las vicisitudes de dos reporteros de guerra encargados de cubrir el que terminaría siendo el final del régimen de Anastasio Somoza en Managua. Hackman interpretaba al editor en jefe que tomaba las decisiones difíciles, contrariando el parecer de sus reporteros.

En 1992 ganó su segundo Oscar por Unforgiven, un western que redefinió el género y en el que Hackman interpretó al despiadado alguacil Little Bill Daggett. Su actuación fue elogiada por la crudeza y realismo con los que abordó el personaje. No se trataba tampoco de un típico malo: encarnaba a un sheriff que sobrepasó la línea en su idea de cumplir con el deber. Era el lejano oeste al fin de cuentas. Pero Hackman fue un elemento vital en construir una de las mejores películas no solo de Clint Eastwood sino de la historia del cine.

Otro papel clave lo desarrolló en la película Enemigo Público (Enemy of the State, 1998). Allí Hackman interpreta a Edward "Brill" Lyle, un exanalista de la NSA que vive en el anonimato tras haber desertado de la agencia. Su personaje es clave en la historia, ya que ayuda a Robert Clayton Dean (interpretado por Will Smith), un abogado perseguido injustamente por agentes del gobierno tras recibir accidentalmente pruebas incriminatorias contra un alto funcionario. La película relata hasta dónde puede llegar un estado policivo con el uso de alta tecnología. Hackman anticipaba la figura de los grandes activistas contra el avance de la tecnología, un tema con una vigencia evidente.

Hackman se retiró de la actuación en 2004 tras su participación en Welcome to Mooseport. En sus últimos años, se dedicó a la escritura, publicando varias novelas de ficción histórica.

Su fallecimiento deja un vacío en la cinematografía. Su legado se mantiene en películas que continúan influyendo en nuevas generaciones de actores y cineastas. Con su voz característica y presencia en pantalla, Hackman dejó una marca en la historia del cine que permanecerá más allá de su partida.

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