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Formada en Estados Unidos y en España, Arami Ullón representa un ícono en la industria cinematográfi ca de Paraguay. Su primer largometraje documental “El tiempo nublado”, le valió a su país la primera postulación a los Óscar en 2016. Cortesía Arami Ullón.

La deuda impaga de Occidente

El documental “Apenas El Sol”, de Arami Ullón, visibiliza a pueblos indígenas de Paraguay. Se ha exhibido en festivales de cine de Estados Unidos y de Europa.

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Siete años ha invertido la cineasta Arami Ullón en seguir cada paso de Mateo Sobode Chiqueno, un documentalista de la etnia ayoreo residente en el Chaco, en el noroeste de Paraguay. 

Desde la década de los ‘70, Mateo recorre incansablemente esas tierras desoladas y se dedica, con una grabadora de cassette en mano, a inmortalizar los testimonios de otros indígenas de su comunidad que ya no viven en aislamiento voluntario; sino que al igual que él se vieron forzados a abandonar sus tierras ancestrales para intentar introducirse en lo que ellos mismos llaman “el mundo de los blancos”.

A lo largo de todo este tiempo, su trabajo le permitió recoger relatos sobre el impacto emocional del destierro, la violencia, el apego a las raíces culturales y la búsqueda incesante de alternativas para sobrevivir día tras día. Cada cinta que obra en propiedad de Mateo contiene también música: una expresión más de la identidad de este nativo protagonista del largometraje “Apenas El Sol”, narrado por él en primera persona.

Se estrenó en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam (IDFA) en 2020 como película inaugural, fue galardonado en una decena de certámenes internacionales y elegido para representar a Paraguay en las categorías “Mejor Película Internacional” y “Mejor Documental” de los Óscar 2022.

Es el primer documental paraguayo grabado enteramente en ayoreo. “Es el idioma en el que Mateo y los miembros de la comunidad se comunican. Ellos no reemplazan completamente su lengua por el castellano. Por eso, el gesto de desaparecer del campo como directora, quedarme fuera y entregarle el campo visual y sonoro a Mateo hace que directamente todo sea naturalmente en ayoreo. Además, el registro de la lengua es importante como legado para otras generaciones”, comenta Ullón en entrevista con AL DÍA desde Suiza, donde reside. “Vivo entre acá y Paraguay. Aquí tengo mi pareja, mis gatos, mis libros y ahí es donde desarrollo todos mis proyectos cinematográficos”, explica.

Formada en los Estados Unidos gracias a una beca en la Boston Film and Video Foundation y en España, la también escritora y productora, de 43 años representa todo un ícono en la industria cinematográfica de Paraguay, donde siempre será recordada por su largometraje “El tiempo nublado”, que le valió a su país la primera postulación a los Premios de la Academia en 2016.

 

UN MUNDO DESCONOCIDO, AL DESCUBIERTO

Paraguay, situado en el corazón del territorio sudamericano entre Argentina, Bolivia y Brasil, es uno de los países del continente que conserva como idioma oficial, además del español, una lengua nativa preexistente a la colonización: el guaraní. 

Pese a ser una nación bilingüe, un profundo desconocimiento envuelve a todo lo relacionado con las 19 etnias indígenas representadas por poco más de 117.000 individuos, según los datos recogidos en 2019 por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Con estas cifras, la población aborigen es considerada una minoría en un territorio de 400.000 kilómetros cuadrados donde habitan otras 7.000.000 de personas.

Apenas El Sol” es la primera película paraguaya grabada enteramente en idioma indígena ayoreo. Se estrenó en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam y fue elegida para representar a Paraguay en las categorías “Mejor Película Internacional” y “Mejor Documental” del Óscar 2022. Créditos: Cortesía Arami Ullón.

Alentada por la necesidad de documentar la historia de supervivencia de los ayoreo, y la capacidad del pueblo para reconstruir su hogar, Arami Ullón se adentró en un mundo que, además de la ardua investigación, le supuso un viaje de introspección personal. “Es una mezcla de sentimientos. Se puede hablar de culpa, por el privilegio desde donde una está contando la historia, la posibilidad que tiene una y que no la tiene otro. También hay procesos de rabia, de tristeza, de indignación, de mucha ternura y comprensión. Atravesé cada día diferentes estados emocionales, pero aprendí a escuchar de nuevo. El mundo ayoreo es complejo y la situación actual de ellos, también. Yo me asumí ignorante, decidí escuchar y fue mi mayor acierto. En este caso, escuchar significa dejar afectarse, aprender del otro, aprender qué le pasa a una misma enfrentando esas situaciones y entender que una opera como ser colonizado”, manifiesta con la voz entrecortada.

UNA LECCIÓN INMORTAL

Para la realizadora, ‘Apenas El Sol’ fue una oportunidad para reflexionar sobre la manera en la que la herencia de la colonización en América Latina determina la percepción que tienen las personas sobre la cosmovisión de los nativos. “No nos vemos como descendientes de indígenas, nos sentimos más ligados a una forma de vida europea que a una indígena.

Sin embargo, un alto porcentaje de la población paraguaya, por ejemplo, tiene -en algún momento de su historia ancestral- raíces indígenas. Todo el tiempo puse en cuestionamiento esa ‘euro centralidad’ y quedará como un cuestionamiento de por vida”, acota.

Durante el rodaje, Ullón aprendió también a valorar una actitud que echa de menos en la sociedad contemporánea. “Las conversaciones entre los protagonistas se practican casi sin juicio, sin violentarse. Hay un respeto al otro y creo que es algo muy rico para nosotros que desde el mundo occidental hemos perdido y lo perdemos cada vez más: el proceso empático está en riesgo”, puntualiza.

DESINTERÉS OFICIAL

La misma curiosidad de la directora sobre el pueblo ayoreo movilizó, en plena pandemia, a unos 4.000 paraguayos a descubrir en el cine una historia completamente desconocida para la mayoría de ellos. Si bien el éxito en la taquilla fue indiscutible, la cineasta confía en que el largometraje llegue a más rincones de su país y sea proyectado próximamente en centros culturales y educativos. 

El estreno de ‘Apenas El Sol’ consiguió despertar el interés por el género documental en Paraguay, e incluso tuvo una repercusión política: en noviembre del 2021, el Congreso Nacional reconoció a Mateo Sobode Chiqueno por su labor cultural, convirtiéndose así en el primer ayoreo en recibir una distinción de ese tipo en el órgano legislativo. Sobode aprovechó el acto con las autoridades para reivindicar la restitución de las tierras ancestrales a su pueblo. “Nos estamos muriendo de a poco, pedimos no deforestar más las zonas donde viven los indígenas”, dijo. 

La atención recibida en el Poder Legislativo no se replicó en otras instituciones del Estado creadas para velar por los derechos de los aborígenes y su calidad de vida, amenazada por la tala indiscriminada de los bosques.

No se puede decir lo mismo de los representantes del sector privado. Algunas organizaciones no gubernamentales se mostraron decididas a apoyar la digitalización de las grabaciones de Mateo para crear un archivo sonoro y perpetuar así el legado ayoreo. “Hay gente que cree que si no tiene participación directa en la vida de los ayoreo, entonces no les afecta; pero en verdad sí les afecta porque compartimos el mismo mundo. Por otro lado, hay gente que sí se siente comprometida y toma responsabilidad. El ciudadano de a pie es un ser político, tiene la posibilidad de elegir mejor y generar cambios en su entorno. Los paraguayos pueden exigir leyes que protejan los bosques, regulen la deforestación y garanticen derechos a los pueblos indígenas”, enfatiza la productora.

EL CINE, CATALIZADOR DE CAMBIO SOCIAL

Consciente de que la paciencia y la perseverancia son actitudes clave para los profesionales en la industria cinematográfica, Ullón alienta a los jóvenes talentos a trabajar sin temer el rechazo. “Cuando presentas un proyecto y te dicen ‘no’, hay que levantarse al día siguiente. Y hay que presentarlo en otro lugar hasta que, en algún momento, alguien va a decir que ‘sí’. No hay ninguna película que haya tenido una secuencia de aprobaciones sin tener varios rechazos. Eso no existe”, sostiene.

En este punto, insiste en que lo más importante es aprovechar lo gratificante que trabajar en el cine puede llegar a ser. “Siempre nos felicitan por los logros, los reconocimientos, y una cosa que me parece que hay que celebrar antes es el poder estar trabajando en cine: el trabajo es lo importante. Nos tenemos que mantener investigando, escribiendo, y reescribiendo las veces que sea necesario para que nuestro trabajo se concrete y sea una película. Ese es el primer objetivo. Después si hay o no hay premios, eso ya es colateral”, apunta.

Es justamente el rol de directora el que le permite a Ullón aferrarse a la ilusión de que su segundo documental -con otros que traten la realidad de los ayoreo- marque los primeros pasos del largo camino que tiene aún por recorrer la visibilización de los pueblos indígenas de América Latina. “Una espera, sueña y cree que puede influir en la realidad, aunque sea un poco; pero, por otro lado, lastimosamente me queda poco de inocencia y sé también que los cambios requieren mucho más que una película”, reflexiona finalmente.

La producción paraguayo-suiza “Apenas El Sol” se presenta en festivales de Europa y Estados Unidos. Su reciente proyección fue a comienzos de marzo en el Global Roots Film Festival en Vermont. Se espera que esté disponible en las plataformas de streaming a lo largo del 2022.