Después de varios días de tire y afloje, los senadores Republicanos y Demócratas lograron ponerse de acuerdo en un paquete de estímulos a la economía que suma 2 billones de dólares: el más grande en la historia moderna de Estados Unidos.

Si bien la resolución aún está pendiente de ser firmada por el Presidente Trump, para que sea ley y se esclarezcan las condiciones y mecanismos para aplicar, es esperable que este estímulo –que supera por varios cientos de miles de millones de dólares el presupuesto federal anual de los Estados Unidos– logre calmar la ansiedad de inversionistas y, especialmente, dé recursos a los hospitales y trabajadores para resistir la crisis provocada por la pandemia.

La bancada Demócrata logró un total de 130 mil millones de dólares para financiación de hospitales (55 mil millones más que la propuesta republicana original) y 150 mil millones para gobiernos locales.

El otro logro de los Demócratas fue asegurar que los beneficios del programa no vayan ser destinados para los negocios de la familia de Trump ni de otros oficiales de alto rango del gobierno.

Además de los 280 mil millones ya mencionados, el programa incluirá 350 mil millones destinados a la financiación de aquellos pequeños negocios que se comprometan a mantener toda su nómina actual hasta que pase la crisis. En caso de que así sea, los prestamos adquiridos les serán condonados.

Otro aspecto del paquete incluye giros a contribuyentes por hasta 1.200 dólares, dependiendo del monto anual de ingresos; los subsidios se detendrán en quienes ganen más de 99.000 dólares al año. Como un apoyo adicional a las familias, se incluirían 500 dólares adicionales por cada hijo.

En adición 500 mil millones de dólares se destinarán a un fondo de rescate corporativo.

Todos estos fondos se sumarán a los 8,3 mil millones de dólares que ya habían sido aprobados por el Congreso. 

Falta, sin embargo, que a nivel nacional se tomen medidas sanitarias más estrictas para contener la pandemia, o de lo contrario no habrá dinero en el mundo que logre frenar la recesión que viene.