Por qué Estados Unidos no está preparado para Elizabeth Warren
La Senadora Warren ha anunciado un “comité exploratorio” para una posible candidatura presidencial. Las reacciones de los medios y observadores nacionales…
Aunque muchos demócratas hayan asomado la posibilidad de lanzarse a las primarias presidenciales del 2020, el anuncio de la Senadora Elizabeth Warren de crear un “comité exploratorio” para una “posible campaña” es sinónimo de “campaña definitiva”.
Warren es la primera Demócrata de alto rango (y trayectoria) en anunciar claramente que la presidencia está en su horizonte, y su desempeño en la política desde el 2008 pareciera haberle allanado la vía hacia este momento.
“Nunca pensé que me postularía para nada en mi vida”, dijo la Senadora ante los medios después de lanzar su campaña. “Pero la clase media de Estados Unidos se está vaciando y las oportunidades de muchos de nuestros jóvenes se están reduciendo, por lo que me involucraré en esta lucha hasta el final”.
El anuncio de Warren ha enfrentado todo tipo de reacciones, entre el tímido apoyo y el escepticismo absoluto.
The Hill, por ejemplo, ha clasificado a los posibles candidatos presidenciales demócratas en su top 10, donde el primero es el representante de Texas, Beto O’Rourke, seguido por el Senador independiente Bernie Sanders, y posiciona a Warren de número cinco, un número bastante cercano a la apreciación general de su candidatura.
El New York Times le ha catalogado de “el objetivo favorito de los conservadores”, coincidiendo con la opinión del Washington Post, y medios como CNN y el Boston Globe sencillamente insinúan que su perfil es más “divisivo” que realmente alentador para la bancada demócrata.
Pero para Peter Beinart, profesor de periodismo de la City University of New York, la interpretación de la candidatura de Warren por parte de los medios crea “una falsa narrativa” a la hora de poner las cosas en perspectiva.
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En su columna para The Atlantic, Beinart despeja los hechos puntuales – Warren es liberal, no manejó muy bien el asunto con su sangre Nativo Americana y ha atacado agresiva y constantemente a Trump – del hecho inequívoco que causa antipatía en los conservadores: es una mujer.
Aún cuando Beinart argumente su tesis en investigaciones llevadas a cabo por la Universidad de Yale, lo que realmente hace eco de esta suposición son los hechos de los últimos años políticos del país, léase el fenómeno Hillary Clinton, la lucha de Nancy Pelosi en el Congreso o la agresividad contra Alexandria Ocasio-Cortez.
Quizás lo que sucede es que el país no sólo no está preparado para una mujer presidente, sino para un presidente progresista en general.
Si bien posturas como las de Bernie Sanders – política de base, educación y salud gratuitas, por ejemplo – han dejado de ser utopías en el inconsciente colectivo del país, aún queda mucho trecho por recorrer a la hora de considerar un Estados Unidos fuera del bipartidismo tradicional.
En su vídeo de campaña, Warren aboga por igualdad de oportunidades, por una sociedad inclusiva, por derechos para la clase media y, fundamentalmente, por una lucha abierta y frontal contra la clase alta, Wall Street y un Washington para unos pocos, asuntos que le quitan el sueño a cualquier republicano.
Aún así, Sanders, quien comparte prácticamente todas estas ideas, se encuentra por encima de Warren con 28 puntos de aprobación, según los sondeos de CNN.
Al final, el problema sigue siendo el mismo que se anticipaba en las elecciones de mitad de período: ante un candidato como Trump, las opciones demócratas son muchas, pero dar con una lo suficientemente fuerte como para atraer la ola masiva de votos necesaria para derrocarlo en el 2020 es cada vez más difícil, sobre todo si el país no está preparado para ello.
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