República Dominicana inauguró en el nordeste del país un centro penitenciario modelo con una capacidad de 1.000 internos que incluye celdas conyugales y áreas infantiles y cuyo costo alcanzó los 3,5 millones de dólares.

El lugar se convertirá en el más grande de su tipo en la nación caribeña y se construyó tomando en cuenta los estándares de "humanización y dignidad humana, que caracteriza el nuevo modelo de gestión penitenciaria en el país", según afirmó el procurador general de la República, Radhamés Jiménez, en el acto inaugural.

El funcionario precisó que la prisión, ubicada en San Francisco de Macorís (nordeste), dispone de biblioteca, área de visita, atención médica integral y odontológica, así como gimnasio, lavandería, estar, y cuatro aulas para impartir docencia.

"Estamos hoy en presencia de un nuevo paso en lo que hemos llamado la 'revolución penitenciaria' en República Dominicana", precisó Jiménez en presencia de altos funcionarios del Gobierno, representantes diplomáticos y personalidades de diferentes ámbitos.

El procurador dominicano dijo que tres de los componentes principales de esa 'revolución penitenciaria' son la formación de los agentes de vigilancia en tratamiento penitenciario responsables de asumir la seguridad en esos centros, la formación de un adecuado personal técnico-administrativo y el acondicionamiento de las instalaciones físicas.

En ese sentido, Jiménez aseguró que el centro, el décimo de su tipo en el país, estará a cargo de un personal altamente calificado, entre el que se encuentran sicólogos, trabajadores sociales, abogados, médico, profesores y 'facilitadores'.

"Al día de hoy la Procuraduría General de la República ha graduado a 830 agentes como especialistas en este tipo de centros, una política que responde a criterios éticos, profesionales y humanos", afirmó el funcionario judicial.