De las aulas de clase a los campos de guerra
En una pequeña escuela de secundaria de Rockville, en el condado de Montgomery, Maryland, afiches colgados en las paredes del recinto ofrecen a estudiantes cercanos a cumplir los 18 años de edad que se inscriban en el programa de Entrenamiento para el Cuerpo de Oficiales Reservistas.
Lo que llama la atención no es que en Estados Unidos todos los espacios estén inundados de propaganda militar, sino que en la Magruder Hight School, la escuela que más estudiantes ha perdido en las guerras de Irak y Afganistán comparada con el resto de instituciones educativas la región de Washington, los estudiantes sigan matriculándose en estos cursos.
Pese a que las víctimas de la guerra siguen creciendo, la propaganda militar continúa en una escuela cuya bandera nacional siempre está izada a media asta. En medio de una crisis económica, combinada con una cultura guerrerista y acostumbrada a la apología del "héroe estadounidense", muchos jóvenes son seducidos por la promesa de un futuro próspero a lado de las Fuerzas Militares. Muchos se van pero no regresan.
En Rockville son miles los niños que de un momento a otro pasan de las aulas de clase a vestir un uniforme camuflado y empuñar un arma para ‘defender a la nación’ de sus enemigos. Muchos de ellos no son capaces de responder acertadamente a la pregunta: “Para usted, ¿qué significan las guerras de Irak y Afganistán?
Vea la historia en el Washington Post.
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