El superintendente de la Policía de
Puerto Rico, José Figueroa Sancha, anunció que la movilización
durante el pasado fin de semana de la Guardia Nacional en San Juan y
Ponce para combatir la ola de criminalidad que azota a la isla fue
un éxito.

Figueroa Sancha señaló que solamente fue registrado un asesinato
en esas zonas durante el fin de semana, aunque fuentes policiales
informaron hoy a Efe de que en toda la isla las muertes durante esos
dos días sumaron en total nueve homicidios.

El jefe de la Policía resaltó que el primer fin de semana de
vigilancia conjunta entre miembros de los dos cuerpos fue un éxito y
que únicamente tuvo que lamentarse un asesinato en las zonas donde
se llevó a cabo el plan, perpetrado cuando los equipos mixtos habían
terminado ya sus tareas de control.

Figueroa Sancha explicó que él mismo se trasladó a la ciudad de
Ponce (la segunda del país, sur) para supervisar las operaciones
conjuntas de sus agentes y la Guardia Nacional, fuerza de reserva
constituida por voluntarios, al igual que en el resto de los
territorios estadounidenses.

El superintendente destacó que todos los puntos de venta de droga
de Ponce estaban "apagados" e inoperantes debido a la presión de las
patrullas mixtas de la Policía y Guardia Nacional.

Por su parte, el jefe de la Guardia Nacional puertorriqueña,
Antonio Vicens, dijo sentirse satisfecho del resultado de la
movilización en la isla de miembros de su cuerpo.

Figueroa Sancha anunció que el plan para combatir de violencia se
extenderá pronto a Carolina y Bayamón.

El gobernador de Puerto Rico, el anexionista Luis Fortuño, señaló
en su reciente discurso sobre la situación del Estado que no está
satisfecho con la escalada de asesinatos, por lo que se crearán
nuevas academias de policía que formarán a mil nuevos agentes, 230
de los cuales estarán en las calles en los próximos meses.

La presencia de la Guardia Nacional en las calles es una medida
que intenta atajar una ola de criminalidad y violencia que se ha
cobrado en lo que va de año la vida de 116 personas, frente a las 91
muertes registradas en las mismas fechas de 2009.

La sociedad puertorriqueña volvió a conmocionarse con la muerte
del adolescente de catorce años Kevin Morales, que el domingo pasado
fue asesinado, según parece por confusión, en la localidad de
Canóvanas, al ser alcanzado por varios disparos y rematado en el
suelo cuando trataba de esconderse de unos delincuentes.