La Cumbre del G7 se realizará en el Hotel Doral del Presidente Trump
El presidente estadounidense se embolsillará el dinero de un contrato a través de su cargo público, y no tiene reparos en decirlo en voz alta.
No sabemos a ciencia cierta si se trata de un error en la interpretación de la constitución o sencillamente de cinismo, pero el gobierno de Donald Trump ha anunciado sus últimos planes para violar la Ley de Emolumentos.
El pasado jueves, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, declaró ante los medios que la cumbre del Grupo de los Siete del 2020 se realizará en el complejo de golf Trump National Doral en Miami, Florida.
El evento atraerá a cientos de diplomáticos, sus equipos y periodistas de todas partes del mundo durante una semana en el mes de junio del año que viene, uno de los meses más lentos del año en la economía del estado cuando “Miami está caluroso y el hotel suele estar menos del 40% lleno”, explicó el Washington Post.
Esta es una de las propiedades de la compañía Trump que ha estado en mayor declive durante los últimos dos años, con un ingreso operativo neto que ha caído en un 69%.
Un reporte del Post durante el pasado mes de mayo citó la devaluación de la marca Trump desde la inauguración de su fundador como presidente estadounidense.
Sin embargo, para la Casa Blanca, una cosa no tiene nada que ver con la otra.
Según dijo Mulvaney, el Trump National Doral “es por mucho la mejor instalación física para esta reunión”, y que había sido escogida después de haberse considerado otros hoteles en todo el país.
“Es casi como si hubiesen construido esta instalación para organizar este tipo de evento”, agregó, haciendo eco de las palabras de Trump durante la Cumbre del G7 este año cuando anunció por primera vez sus intenciones de desviar el dinero del evento directamente a los bolsillos de su empresa privada.
“Doral está dentro de Miami. Es una ciudad, es un lugar maravilloso”, decía el presidente estadounidense en una rueda de prensa conjunta con el presidente de Francia Emmanuel Macron en Biarritz el pasado mes de agosto.
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“Con Doral, tenemos una serie de magníficos edificios, los llamamos bungalows. Cada uno tiene de 50 a 70 habitaciones muy lujosas con magníficas vistas. Tenemos salas de conferencias increíbles, restaurantes increíbles, es muy natural. Ni siquiera tendríamos que hacer el trabajo que hicieron aquí. Y han hecho un trabajo hermoso. Realmente han hecho un trabajo hermoso.”
Es difícil conseguir otra explicación a esta decisión que la necesidad del presidente de sacar provecho de su puesto como mandatario de uno de los países más poderosos del mundo para seguir haciéndose rico.
Y la gran mayoría del país parece estar de acuerdo.
"El anuncio de la administración de que el resort Doral Miami del presidente Trump será el sitio de la próxima cumbre del G7 es uno de los ejemplos más descarados de la corrupción del presidente", dijo el representante Jerrold Nadler de Nueva York, presidente del Comité Judicial de la Cámara, y uno de los encargados de redactar artículos de juicio político contra el presidente.
Por su parte, Citizens for Responsibility and Ethics in Washington, el organismo de vigilancia del gobierno, apuntó en un comunicado el nivel de cinismo de la decisión de la Casa Blanca:
"Esto es increíble. Dadas las posibles consecuencias que enfrenta el presidente por abusar de la presidencia para su propio beneficio, habríamos pensado que se mantendría alejado de la corrupción flagrante, al menos temporalmente. Muy al contrario, se ha inclinado aún más. El presidente ahora está usando oficialmente el poder de su oficina para ayudar a apuntalar su difícil negocio de golf".
Y es que la constitución no podría ser más clara: la ley de emolumentos prohíbe que un presidente en funciones acepte “obsequios o pagos” de un gobierno extranjero, mucho menos que acepte pagos del gobierno federal que se superpongan a su salario como funcionario público.
El dinero que entre al Doral proveniente de gobiernos extranjeros irá directamente al bolsillo de la Organización Trump, así como todo el dinero que deberá invertir el gobierno en la planificación del evento.
Si esto no es la mayor definición de corrupción, ¿cuál es?
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