Trump retira a Estados Unidos del Acuerdo de Cielos Abiertos y da otra ventaja a Moscú
El acuerdo internacional era otra de las medidas diplomáticas que permitía mantener a Rusia a raya.
Al observar de cerca las medidas diplomáticas internacionales de la Administración Trump, es cada vez más difícil pasar por alto los favores que se le hacen a Vladimir Putin.
Recientemente, la Casa Blanca informó su intención de abandonar el Tratado de Cielos Abiertos, un pacto internacional entre 35 países que establece la vigilancia de vuelos en el territorio de los participantes.
El tratado fue diseñado para mejorar la comprensión y confianza mutuas, a través de la recopilación sobre fuerzas militares y actividades en el territorio a través del concepto de “observación aérea mutua”
Tras acusar a Rusia de haber violado el pacto, Estados Unidos anunció su plan de retirada, siendo el tercer acuerdo internacional del que se desliga la Administración Trump.
"Creo que tenemos una muy buena relación con Rusia, pero Rusia no se adhirió al tratado, y por lo tanto hasta que se adhieran al tratado, nos retiraremos", dijo Donald Trump a los periodistas. Añadió: "Hay una muy buena posibilidad de que hagamos un nuevo acuerdo o que hagamos algo para que ese acuerdo vuelva a estar listo".
Por su parte, el secretario de estado Mike Pompeo aseguró que pretenden reconsiderar su decisión si Rusia vuelve “al pleno cumplimiento del Tratado”. Moscú niega haber violado el acuerdo.
"El momento de la decisión de la administración Trump de retirarse está claramente ligado al calendario político", dijo Bob Menéndez, el demócrata de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. "Al apresurar esta abrupta retirada, está claro que la administración Trump está intentando impedir que una futura administración participe en este antiguo y valioso tratado para nuestra nación".
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Tanto Estados unidos como sus aliados europeos se han beneficiado del Tratado de Cielos Abiertos por su capacidad de monitorear los movimientos militares de países históricamente agresivos como Rusia, y ha estado en vigor desde el año 2002.
"Continúa la temeraria destrucción de acuerdos y el colapso del liderazgo de EE.UU.", dijo Kingston Rief, director de desarme y política de reducción de amenazas de la Asociación de Control de Armas.
"El tratado beneficia la seguridad de EE.UU. y Europa. Nuestros aliados lo valoran y no quieren que nos vayamos. Ha sido una herramienta importante para responder a la agresión de Rusia contra Ucrania. Esto es un golpe de propaganda para Moscú".
Aunque el argumento estadounidense es que “los rusos estaban haciendo trampas”, como dijo en Twitter Tim Morrison, ex funcionario de control de armas de la Casa Blanca de Trump, y aunque Moscú niega las acusaciones, romper un pacto basado en confianza y que además otorgaba una posición de ventaja en la vigilancia de los movimientos rusos podría dar más espacio para maniobras como la que Moscú realizó sobre Crimea en el 2014.
De igual manera, la insistencia de varios funcionarios de la administración de recomenzar el desarrollo de armas nucleares, en especial tras la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, levanta sospechas de una posible nueva carrera armamentística que sólo socavará aún más la estabilidad internacional.
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