El mensaje de Stacey Abrams es claro: el Partido Demócrata no es el mismo
La candidata a la gobernación de Georgia es el vivo ejemplo de la transformación dentro del Partido Demócrata después de su crisis de identidad tras los…
Hace casi un año, Georgia hacía historia al tener su primera nominación demócrata de una mujer afroamericana para la gobernación.
Su nombre era Stacey Abrams, ex líder de la minoría en la Cámara del estado y un rostro inolvidable para el resto del país.
Al llegar noviembre, Abrams perdió por un margen mínimo las elecciones en una campaña plagada de irregularidades, entre las que se discutieron el fraude electoral y la supresión de votos, así como la presunta tradición republicana de “disminuir el poder de los votantes negros”.
Su contrincante, Brian Kemp, se mantuvo en el puesto de secretario de estado durante la campaña, siendo directo responsable del conteo y de la organización de las votaciones, lo que levantó sospechas y aumentó las impugnaciones.
Finalmente, Abrams debió ceder y reconocer la victoria de Kemp, pero ante los ojos del país salía victoriosa en una dimensión diferente.
Según reportó Vox, Abrams ha dedicado los meses siguientes a su “derrota” en la lucha por los derechos de los votantes y “las necesidades políticas de las comunidades de color”, dos de los factores que más tracción tuvieron durante su campaña.
La decisión del líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, de escoger a Abrams como la vocera de la oposición en la respuesta al Estado de la Unión de Donald Trump, no sólo demuestra la voluntad del Partido de “contrastar la falta de liderazgo” de la administración, como aseguró el senador, sino de dejar en claro que algo ha cambiado profundamente en el tradicionalismo demócrata.
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“Abrams es la primera mujer negra y la primera funcionaria pública que no está en un puesto en dar la refutación”, continúa Vox, haciendo insistencia en “su creciente influencia dentro del partido”.
“La decisión también destaca el creciente reconocimiento del partido del poder que tienen las personas de color y las mujeres, especialmente las mujeres negras, como votantes y como candidatas políticas, así como las crecientes demandas de políticas que reflejen mejor las necesidades de estos grupos”, agrega el medio.
Aún cuando se rumorea la posibilidad de que Abrams lance su candidatura al Senado en el 2020, su perfil representa una nueva estrategia abrazada por el Partido Demócrata para poner en la vanguardia a candidatos jóvenes y de color con políticas progresistas como Medicare Para Todos, el Green New Deal y los derechos de los inmigrantes.
La selección de Abrams para ser la voz del partido forma parte también de la estrategia de los líderes por contrarrestar las medidas del gobierno, como el cierre gubernamental de Trump y su lucha por el muro fronterizo, así como también demuestra la flexibilidad y la voluntad de transformación política que bulle dentro.
Para Jamila Michener, profesora de la Universidad de Cornell, el discurso de la ex candidata “no es tradicional por todas las razones correctas”.
Según declaró a ABC News, la elección de Abrams por parte de los demócratas “es casi una especie de obviedad” tomando en cuenta que las mujeres afroamericanas son la base electoral del partido. “Es bueno que finalmente lo hayan tenido”, agregó.
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